El estudiante, que residía en Maipú, se encontraba en el Puente Loreto, en los alrededores del Museo de Bellas Artes. Según las informaciones, una patrulla militar realizó disparos. Ronald cayó abatido con tres disparos en su cabeza. Tres días luchó por su vida, falleciendo el 23 de mayo.
Según el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, Wood perdió la vida en el contexto de movilizaciones inscritas en una “Jornada por la Democracia”, que se desarrollaba “en apoyo de la Asamblea Parlamentaria Internacional que tenía lugar en un hotel céntrico de Santiago”. Explica que “un grupo de estudiantes se reunió en el Puente Loreto”. Allí, en el lado sur del puente, se encontraban apostados “efectivos del Ejército, que custodiaban todo el centro de la ciudad”, los que impedían el paso de los jóvenes.
“Testigos presenciales declaran que los militares comenzaron en un momento dado a avanzar por el puente y a disparar al aire con el objeto de dispersar a los jóvenes. Estos permanecieron en el lugar. De pronto, cayó herido Wood, quien fue trasladado por un particular hasta un centro asistencial, falleciendo tres días más tarde a causa de un ‘traumatismo cráneo encefálico por disparos de arma de fuego’. Peritos consultados indicaron que el disparo había sido efectuado por una escopeta antimotines”, sostiene.
La Comisión, formada por el Estado para investigar los casos de víctimas de violaciones a los derechos humanos y violencia política, concluyó que los antecedentes reseñados, “junto a testimonios verosímiles que afirman el carácter pacífico de la manifestación, permiten a esta Comisión formarse convicción que Ronald Wood fue muerto por la acción de los agentes del Estado que, haciendo uso excesivo de la fuerza, violaron su derecho a la vida”.
La entrega del título póstumo por parte de la UTEM se otorga como reconocimiento institucional a un exestudiante de la casa de estudio que por ser víctima de derechos humanos no pudo cumplir las exigencias curriculares para recibir su grado y título profesional. Ello –indicó el plantel- tomando en cuenta además que su caso fue acreditado por la Comisión de Verdad y Reconciliación, y que fue una de las situaciones emblemáticas de esta naturaleza ocurridas durante los aciagos años 80.