En el marco de la celebración de sus 25 años, la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC) y la Asociación de Investigadores de Mercado (AIM) presentaron la nueva metodología de segmentación y clasificación socioeconómica, que contempla siete categorías diferentes: AB, C1a, C1b, C2, C3, D y E.
En un seminario realizado en la Universidad de Los Andes, explicaron que la modificación del modelo se sustenta en los distintos cambios que ha experimentado Chile a lo largo de los años, como la disminución de la pobreza, aumento de la participación laboral de mujeres, mayor escolaridad, descenso de la fecundidad, menor cantidad de integrantes por hogar, entre otros.
El nuevo índice socioeconómico calcula el grado de bienestar relativo de un hogar chileno. Para su construcción considera tres aspectos:
El primero de ellos es el tramo de ingreso per cápita equivalente, el que es ajustado, de acuerdo con el tamaño del hogar. De esta forma, un hombre casado sin hijos que gana $1.000.000 al mes (el mismo sueldo que su mujer) estará en un segmento socioeconómico distinto que si ganara exactamente lo mismo (al igual que su mujer), pero tuviera dos hijos.
En el primer ejemplo el sueldo familiar se divide entre dos personas y, en el segundo, entre cuatro. La diferencia está en que, con el modelo usado hasta hoy (ABC1-C2-C3-D-E), ambos casos clasificarían dentro del mismo segmento socioeconómico.
El segundo factor que considera es el nivel educacional del principal sostenedor del hogar. A mayor grado de educación universitaria, mayor puntuación. Y el tercero es el nivel ocupacional de esta misma persona.
Con estos antecedentes, se crearon las siete categorías diferentes, en las que entran todos los hogares chilenos. Éstas fueron elaboradas por la AIM con información pública basada en la Encuesta Casen y la Encuesta de Presupuestos Familiares, explicó el presidente de la asociación y expositor del seminario, Andrés Varas.
“Los beneficios son muchos, pero esencialmente se trata de una mayor precisión para poder observar, seguir y entender la evolución socioeconómica de las familias chilenas, ya que se puede saber cuáles son los ingresos, cómo los obtienen y cómo los gastan. El poder que tiene este nuevo modelo está basado en la potencia que tienen sus fuentes de información, dado a que son sensibles a todos los cambios del país y son de carácter público”, señaló Varas.
CATEGORÍAS
Con esta nueva definición, el segmento superior, que hoy se conoce como ABC1, se desagrega en tres niveles diferentes:
El más alto es el AB que representa el 3% de los hogares del Gran Santiago. Está compuesto en 99% por profesionales con estudios universitarios que, además, en un tercio de los casos tienen títulos de posgrado. Ocho de cada diez tienen al menos un vehículo y se concentra casi exclusivamente en las comunas del sector nororiente de la capital: Vitacura, Las Condes, Lo Barnechea y Providencia.
A este segmento le siguen dos nuevas categorías denominadas C1a y C1b. La primera de ellas representa a la clase media acomodada, mientras que la segunda refleja la clase media emergente. En conjunto representan el 12% de la población.
En la región Metropolitana, el C1a se concentra geográficamente en las mismas zonas que el AB (como Las Condes, Vitacura y Providencia), mientras que el C1b si bien habita estas comunas, también lo hace en lugares como Santiago Centro y Ñuñoa, y también en áreas de Maipú, La Florida y San Miguel.
Su capacidad de ahorro es diferenciada. Según el estudio “Chile a la luz de la nueva clasificación de GSE”, realizado por GfK Adimark, el 58% de los hogares C1a dice que sus ingresos le alcanzan bien y pueden ahorrar sin dificultades, mientras que ese porcentaje baja al 34% en el C1b. El 68% del C1a dice estar satisfecho con su sueldo, cifra que cae al 54% entre los C1b.
Luego está el segmento C2, que representa el 12% de la población; el C3 con el 25% y le sigue el grupo D con el 37% y finalmente, el grupo más pobre, el E con el 13%.