China está aprovechando las violentas protestas en Chile y Cataluña para denunciar la “hipocresía” y el doble nivel de Occidente, y justificar sus condenas a los disturbios en las manifestaciones prodemocracia en Hong Kong.
Esas protestas en Barcelona o Santiago alientan las acusaciones de China, según las cuales los gobiernos occidentales han apoyado hipócritamente las movilizaciones en Hong Kong mientras condenan las violencias cometidas en sus propios territorios.
“Es obvio que la prensa y los políticos occidentales muestran un doble rasero ante las mismas violencias cuando son cometidas (…) en diferentes países”, denunció el miércoles el diario oficial China Daily en un editorial.
El diario critica así la “hipocresía” de la prensa europea y norteamericana, que califica de “manifestantes” a los que protestan en Hong Kong, y de “alborotadores” a quienes lo hacen en Barcelona o en Chile.
Hong Kong vive desde junio manifestaciones y acciones casi cotidianas de un movimiento de protesta que denuncia un retroceso de libertades, pero también una injerencia creciente de Pekín en los asuntos de su región semiautónoma.
“Estamos viendo que la violencia sufrida en Hong Kong se está reproduciendo en otras partes”, indicó el lunes a la AFP el ministro chino de Exteriores, Wang Wi, aludiendo a los disturbios en Cataluña y Chile.
“En Cataluña, (los manifestantes) han declarado públicamente que quieren crear un segundo Hong Kong, y que se inspiran en lo que pasa” en la excolonia británica. “La gente debe reflexionar sobre lo que hace”, agregó el ministro, en alusión al apoyo que algunos países, en especial Estados Unidos, han dado a los manifestantes hongkoneses.
China ha calificado de “terroristas” las acciones cometidas por una minoría radical en Hong Kong y acusó a algunos gobiernos occidentales de fomentar los disturbios en este territorio semiautónomo.
“HIPOCRESÍA OCCIDENTAL”
“En los últimos meses hemos visto cómo la prensa estatal china criticó con dureza a los manifestantes (en Hong Kong), describiéndolos como los malos de la situación”, afirmó Adam Ni, un especialista sobre China en la Universidad Macquarie.
Pekín está usando la situación en Cataluña para ilustrar cómo “solamente con un fuerte gobierno central y sólidas fuerzas policiales se puede salir del caos”, afirma Ni.
“Básicamente, lo que dice (Pekín) es: ‘miren, lo que hacemos no es tan diferente de lo que se hace en las democracias liberales'”, agrega. “Pero, desde luego, el contexto es muy diferente”.
Las manifestaciones en Cataluña, que se produjeron después de la condena por el Tribunal Supremo español de varios líderes separatistas catalanes tras un fallido intento de secesión en 2017, se han inspirado de las ocurridas en Hong Kong.
Las tácticas popularizadas en Hong Kong -como los cascos protectores o el uso de tarjetas de embarque para superar los controles de seguridad en los aeropuertos- han sido utilizados en Barcelona, donde también la policía replicó con gases lacrimógenos o balas de goma.
En Chile, se vive desde la semana pasada una grave crisis social, desencadenada originalmente por una subida del pasaje del Metro, con manifestaciones y disturbios que han dejado al menos 15 muertos.
TÁCTICA HABITUAL
“Denunciar la ‘hipocresía’ occidental es una táctica habitual de los medios chinos, en especial en materia de seguridad y derechos humanos”, declaró a la AFP Maria Repnikova, investigadora de la Universidad de Oxford especializada en China.
Al utilizar esta estrategia, Pekín “legitima también de forma indirecta una actitud más dura respecto a Hong Kong”, agrega la experta.
El lunes, el gobierno chino ya había sido contundente, por intermedio de una portavoz de su ministerio de Relaciones Exteriores. “La democracia y los derechos humanos son una cobertura hipócrita de Occidente para entrometerse en los asuntos de Hong Kong”, acusó Hua Chunying.