(Andrea Pinto Vergara, Doctoranda en Educación, profesora del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación de la Usach): Durante siglos nos convencieron de que no servíamos para esto de las matemáticas, que no teníamos un cerebro capaz de pensar lógica ni racionalmente, pues éramos emocionales, que la matemática no era para nosotras. Nos dijeron que nuestro lugar estaba en el hogar, cuidando niños, pintando, tejiendo, cocinando, cantando o tocando algún instrumento musical. Que las matemáticas eran “cosa de hombres”.