En las elecciones presidenciales, el panorama no es mucho más alentador. Desde 1989 hasta la segunda vuelta de 2013, el porcentaje de votantes disminuyó drásticamente. Mientras que en el plebiscito participó un 86,9% del padrón electoral, en los comicios que enfrentó a Michelle Bachelet y Evelyn Matthei, apenas un 43,3% se presentó en las urnas.

Gráfico de PNUD elaborado con datos del Ministerio de Interior, Servel e INE.
LEGITIMIDAD
Los bajos índices de participación, preocupan en la clase política y en expertos por las dudas que podrían instalar sobre la legitimidad de los cargos de elección popular.“Yo creo que en la medida que observemos cada vez niveles más bajos de participación, ciertamente que se ve afectada (la legitimidad), porque el mandatario o la mandataria llega con un porcentaje muy bajo de apoyo y eso después la debilita en su propia gestión”, señaló Fuentes a La Nación.
Una opinión similar tiene el diputado y parte de la directiva nacional de la UDI, David Sandoval, quién cree que la abstención es un problema que debe preocupar a todos los actores políticos. “Es un tema que nos afecta absolutamente a todos y hay que hacer todos los esfuerzos por tratar de darle legitimidad a estos procesos electorales”.
Por su parte, el Senador socialista, Carlos Montes, señaló que “la falta de legitimidad proviene de que a mucha gente no le interesó participar, por lo tanto, los proyectos y los planteamientos de los candidatos no motivan”.
FACTORES Y SOLUCIONES
Respecto de las principales razones que podrían explicar los altos niveles de abstención, Fuentes apunta un estudio de la UDP que arrojó dos factores principales: la baja representación de los votantes con los candidatos y los escándalos de corrupción.
En ese sentido, Sandoval hizo un mea culpa, al señalar que “todos los que somos actores políticos hemos hecho cualquier cosa menos estimular la participación política, con las conductas que a veces se han tenido en el ejercicio de la actividad política”.El parlamentario agregó que, para mejorar la situación, es necesario que se haga un ejercicio fuerte de “perfeccionar y transparentar la participación en la política”. Montes, por su parte, también apuntó a “que se ha separado mucho la política del poder y está sin capacidad de tomar decisiones que permitan cambiar el curso de las cosas”. Respecto de posibles soluciones, señaló que a corto plazo, no se puede hacer mucho más que “conversar, informar y convocar“, y que al largo plazo se requiere “un cambio bastante más profundo de la política“.