El histórico acuerdo incluye la participación japonesa en la misión Dragonfly a Titán y en el telescopio espacial Nancy Grace Roman, además de la colaboración en el satélite SOLAR-C de JAXA.

En 2013, el científico recibió el Premio Nobel de Física junto al belga François Englert por su trabajo realizado en 1964, el cual fue confirmado en 2012 por el Gran Colisionador de Hadrones del CERN.

Uno de los satélites de la empresa Starlink, propiedad del magnate Elon Musk, logró captar, desde una vista realmente incomparable, la zona de oscuridad total producida por el eclipse solar del pasado 8 de abril que fue percibido en distintos países de Norteamérica. En las imágenes capturadas se puede apreciar el círculo oscuro que dejó el fenómeno astronómico sobre la Tierra.

Las imágenes tomadas desde el espacio revelaron el movimiento del iceberg más grande del mundo. El A23a, con una extensión de 4.000 kilómetros cuadrados, se desprendió de la costa antártica en 1986 y se estableció en el mar Weddell, convirtiéndose en una isla de hielo. Durante el último año, los especialistas han notado su rápida deriva.

Completa oscuridad, bajas de temperatura y el silencio de las aves fueron algunos de los fenómenos que dejó el evento astronómico que se extendió por cerca de cinco horas.

Según consignó la NASA, alrededor de 31 millones de estadounidenses serán privilegiados con “un asiento de primera fila” para la visualización del esperado evento astronómico.

“Este momento –salir hoy del hospital con uno de los certificados de buena salud más limpios que he tenido en mucho tiempo– es uno que deseé que llegara durante muchos años”, señaló a través de un comunicado Richard Slayman, de 62 años.

El vehículo espacial tomó muestras de la roca el pasado 11 de marzo y, de acuerdo con el científico del proyecto Perseverance, Ken Farley, “casi todos los minerales de la roca que acabamos de tomar muestras se formaron en agua”.

El eclipse solar total no será visible en territorio nacional, sin embargo, podrá ser visto en tres países de Sudamérica, donde México será la mejor ubicación “del mundo entero para poder observar este fenómeno”.

“La caja negra registrará cada paso hacia esta catástrofe. Cientos de conjuntos de datos, mediciones e interacciones relacionadas con la salud de nuestro planeta”, declara el ambicioso proyecto en su página web.