Varios activistas de Greenpeace robaron este lunes la estatua de cera del presidente francés, Emmanuel Macron, del Museo Grévin de París y la colocaron frente a la Embajada de Rusia para protestar por las relaciones comerciales de Francia con Rusia.

“Tras tres años desde que Rusia iniciara su invasión de Ucrania, Francia sigue financiando la guerra de Putin mediante importaciones. Greenpeace denunció esta colaboración que enriquece a un régimen autoritario y amenaza la seguridad europea”, señaló Greenpeace Francia en varios mensajes publicados en redes sociales.

En este sentido, criticó que la política energética francesa estaba en total contradicción con los compromisos asumidos con las autoridades ucranianas. “Si Francia no impulsaba sanciones europeas contra el gas ruso era en parte para proteger los beneficios de Total Energies y no por interés general”, agregó.

Greenpeace denunció además que, pese al apoyo a Kiev, las importaciones francesas de gas ruso en 2024 aumentaron en un 80 por ciento, mientras que Francia “fue el principal importador europeo de gas natural licuado ruso” el año pasado.

Asimismo, la ONG criticó a la industria nuclear francesa por “colaborar estrechamente con Rosatom”, una empresa estatal rusa. “Francia dependía al 100 por ciento de Rusia para la conversión de su uranio reprocesado”, indicó.

Greenpeace afirmó que “las importaciones de fertilizantes químicos rusos a Francia habían aumentado un 86 por ciento desde 2021”. Por todo ello, instó a París a “detener sus transacciones con Moscú y comprometerse con la transición ecológica para lograr una verdadera soberanía energética y agrícola”, zanjó.

Los activistas desplegaron una pancarta con el mensaje ‘Ucrania arde, los negocios siguen’ y lanzaron billetes al aire para denunciar las transacciones francesas con Moscú. Asimismo, colocaron tres señales de tráfico en el suelo que simbolizaban el gas, el uranio y los fertilizantes químicos.