La imagen de un niño gazatí con sus miembros amputados fue galardonada con el premio a la Foto del Año del prestigioso certamen World Press Photo.
El niño gazatí, de mirada extraviada, envuelto en la luz del atardecer que se cuela por la ventana del centro de recuperación en Doha (Catar), donde recibe atención médica, es un testimonio desgarrador de los estragos de la guerra, donde los principales damnificados —ya sea en Gaza o en Ucrania— no son quienes la provocan, sino los más vulnerables.
La autora de esta potente fotografía es la palestina Samar Abu Elouf, y el niño retratado se llama Mahmoud Aijour, quien tiene apenas nueve años.
La Fundación World Press Photo, con sede en Ámsterdam, anunció el galardón este jueves. La imagen fue publicada por The New York Times y tomada en Doha, donde tanto la fotógrafa como Mahmoud viven actualmente, junto a otros gazatíes heridos, en un complejo de apartamentos.
Abu Elouf, quien también debió abandonar Gaza por razones de seguridad, capturó esta escena como parte de su cobertura del conflicto. Según la organización, la fotografía subraya el papel fundamental del fotoperiodismo para contar tragedias que suelen pasar desapercibidas.
Mahmoud fue herido mientras intentaba huir de un ataque israelí. Había regresado brevemente para advertir a su familia que escapara, pero una segunda explosión lo alcanzó de lleno.
Tal como relató la Fundación: “Después de regresar para urgir a su familia a seguir adelante, una explosión le arrancó un brazo y le mutiló el otro». El niño, actualmente en proceso de recuperación en Catar, tiene un anhelo claro: ‘El sueño de Mahmoud es simple: quiere conseguir prótesis y vivir su vida como cualquier otro niño'”
La Fundación recordó además que, en diciembre de 2024, la ONU ya había alertado que Gaza era el lugar con mayor número de niños amputados por habitante en el mundo.
La edición 2025 del World Press Photo coincide con el 70º aniversario del certamen. Su directora ejecutiva, Joumana El Zein Khoury, destacó la fuerza sostenida de este tipo de imágenes a través del tiempo.
“Estoy eternamente agradecida a los fotógrafos que, a pesar de los riesgos personales y el costo emocional, registran estas historias para darnos a todos la oportunidad de entender, empatizar e inspirarnos a actuar”, declaró.
