El chileno Mauricio Bustos, reconocido por su ambicioso proyecto FlowGPT con el que realizó polémicas versiónes de distintos éxitos de Bad Bunny ocupando Inteligencia Artificial (IA), fue demandado por OpenAI, empresa matriz de ChatGPT.
Pese a que la molestia del puertorriqueño se hizo presente, las acciones legales quedaron solo en una anécdota. Cabe recordar que el malestar del “Conejo malo” nació tras el estreno de la canción “Demo 5: Nostalgía”, donde el chileno recreó su voz junto a la de Daddy Yankee y Justin Bieber.
“FlowGPT no es un robot que al que le ordeno hacer una canción, soy yo haciendo un tema musical, pero aplicando un nuevo filtro”, explicó en aquella instancia en conversación con “Buenos Días a Todos”.
Sin embargo, la empresa de Inteligencia Artificial no discutió los derechos de autor ni la manera en que el chileno utiliza la IA, sino que lo hizo por las tres letras finales de su nombre.
A través de un comunicado recogido por Radio Biobío, FlowGPT entregó sus argumentos: “Todo comenzó cuando el creador de FlowGPT hizo el registro de la marca en Chile a través de INAPI, donde luego de pasadas unas semanas comenzó a recibir mails de la firma de abogados que representa a OpenAI en Chile, en principio por el uso inapropiado de la sigla ‘GPT’ (Generative Pre-trained Transformer), la cual aseguran les pertenece; iniciando un proceso legal para disputar dicha marca que aún se encuentra en desarrollo”.
El caso se suma a otros que han sembrado la política en territorio nacional, como lo fue el caso de Miel Gibson, Star Wash y Superpan. El último y más mediático de ellos fue el de Pisco Pedro Piscal, que causó controversia debido a la similitud con el nombre del actor chileno Pedro Pascal, protagonista de la serie “The Last of Us”.
