América del sur es el escenario perfecto para la proliferación de diversas especies de flora y fauna. Una de ellas es la anaconda verde del norte, serpiente que se encuentra a lo largo de toda la región tropical de Sudamérica. Ahora, el biólogo Freek Vonk, presenció un increíble hallazgo: nadando por un lago de Brasil, se topó con un ejemplar que medía nueve metros de largo y que pesaba cerca de 200 kilos.

Vonk explicó su descubrimiento en la revista científica Diversity, donde junto con otros 14 expertos determinaron que se trataría del ejemplar más grande de la Tierra. Durante la expedición, los científicos descubrieron que la anaconda verde (Eunectes murinus) no es la única en su especie, ya que existe otro ejemplar genéticamente diferente, el cual fue bautizado como Eunectes akayima.

A su vez, los expertos definieron las regiones donde se encuentra cada especie de anaconda verde: la Eunectes murinus vive en Perú, Bolivia, Guayana Francesa y Brasil. Asimismo, revelaron que la especie de anaconda se separó hace casi 10 millones de años.

Aunque su aspecto puede ser parecido, existe una diferencia genética del 5,5%. “En comparación, la diferencia genética entre humanos y chimpancés ronda el 2 %”, comentó Bryan Fry, biólogo de la Universidad de Queensland (Australia) a National Geographic Explorer.

“No esperaba ese nivel de divergencia, es alucinante. Estábamos todos muy contentos”, añadió.

“Es importante, porque la recién descrita anaconda verde del norte tiene un área de distribución mucho menor que la del sur, lo que significa que es mucho más vulnerable”, expuso Fry.

En paralelo, Vonk complementó que “la región amazónica está bajo una severa presión debido al cambio climático y la continua deforestación. Ya desapareció más de una quinta parte del Amazonas, lo que representa más de 30 veces la superficie de los Países Bajos”.

Debido a esta razón, las especies en peligro abandonan sus hábitats en busca de lugares más seguros, los cuales suelen estar cerca de las ciudades y pueblos. Lo sorprendente de estas serpientes recién descubiertas es que nunca se han mezclado con las especies ya conocidas. Aunque coexisten en los límites fronterizos, no han llegado a cruzarse, un hecho que ha desconcertado a la comunidad de especialistas que llevó a cabo esta investigación.