El hielo invernal del mar de Bering, en el océano Pacífico entre Alaska y Rusia, nunca se había reducido tanto en 5.500 años, según un estudio publicado este miércoles.
El equipo de investigadores analizó la vegetación acumulada durante 5.500 años en la deshabitada isla de San Mateo. En particular estudió en las capas de turba las variaciones de los átomos de oxígeno llamados isótopos 16 y 18, cuyas proporciones a lo largo del tiempo se correlacionan con los cambios atmosféricos y oceánicos y las precipitaciones.
“Esta pequeña isla en medio del mar de Bering básicamente ha registrado lo que ha sucedido en el océano y la atmósfera que la rodea”, dijo en un comunicado Miriam Jones, la investigadora que dirigió el estudio en la Universidad de Alaska y luego desde la Oficina Estadounidense de Investigación Geológica.
Los científicos estudiaron un núcleo de turba de 1,45 metros extraído en 2012, que representa 5.500 años de acumulación.
El hielo del Ártico y del mar de Bering se derrite en verano y se vuelve a formar en invierno, pero las observaciones satelitales sólo se remontan a 1979.
El interés de este nuevo análisis, publicado por la revista Science Advances, es que se remonta a mucho más atrás.
En el caso del Ártico, la reducción del hielo invernal en las últimas décadas es clara y rápida, y va en paralelo al calentamiento y el aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera.
Pero en el del Mar de Bering en las últimas décadas parecía estable, escriben los autores del estudio, con la excepción de 2018 y 2019, cuando se observó una fuerte reducción. La pregunta entonces era si se trataba de una anomalía o una tendencia.
“Lo que observamos recientemente no tiene precedentes en 5.500 años”, escribe Matthew Wooller, director del laboratorio Alaska Stable Isotope Facility, que participó en el análisis.
A este ritmo, las condiciones son ahora propicias para un mar de Bering completamente “sin hielo”, concluyen los autores, con una cadena de consecuencias en el ecosistema.