CAPÍTULO 1: BARACK OBAMA ACUSA A RUSIA
“Creo que lo que es cierto es que los rusos tenían la intención de entrometerse y se entrometieron”, señaló el entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, luego de que los servicios de inteligencia de los Estados Unidos desclasificaran un archivo donde se asegura que Vladimir Putin “ordenó” una campaña de impacto en la que se buscaba socavar la fe pública del pueblo estadounidense, denigrando a la candidata demócrata Hillary Clinton y favoreciendo la campaña de Donald Trump.
Ambos presidentes vivieron más de un roce diplomático / Foto: AFP

Finalmente el 20 de enero, Trump asumió la presidencia bajo la sospecha de la intervención / Foto: AFP
CAPÍTULO 2: LA RENUNCIA DE MICHAEL FLYNN
La administración Trump empezó de manera turbulenta luego del escándalo que terminó con la renuncia de Michael Flynn, hasta ese momento Consejero de Seguridad Nacional. Flynn, un ex teniente general retirado del Ejercito norteamericano, fue resistido desde su nombramiento, incluso por importantes medios de comunicación como el Washigton Post quien citó fuentes que hablaban de una “estrecha relación” con funcionarios rusos. La polémica detonó en enero de 2017 cuando diversos medios afirmaron que Flynn había conversado con Sergei Kislyak, embajador ruso en Estados Unidos. Sin embargo, el ahora exconsejero siempre negó haber abordado el tema de las sanciones estadounidenses contra Moscú con el diplomático ruso. Los servicios de inteligencia confirmaron que ambos acusados se habrían reunido en más de una ocasión y las conversaciones se habrían producido cuando el gobierno de Barack Obama preparaba un nuevo paquete de sanciones contra Moscú, en represalia por presuntamente entrometerse en la elección que ganó Trump.CAPÍTULO 3: EL DESPIDO DE JAMES COMEY Y EL ROL DE JARED KUSHNER
Uno de los capítulos más álgidos de estos primeros meses de administración fueron las acusaciones cruzadas entre Donald Trump y el exdirector del FBI, James Comey. El martes 9 de mayo el exvocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, leía ante los medios un comunicado oficial del presidente Trump en el cual señalaba: “El FBI es una de nuestras instituciones más estimadas y respetadas de nuestra nación y hoy marca un nuevo comienzo para nuestra joya de la corona de las fuerzas del orden”. Comey se encontraba investigando la posible injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales en el momento de su cese de funciones, por lo que su despido causó un terremoto político en el país. Paralelamente a esta situación Trump tuvo que salir a defender a un miembro de su circulo más intimo, a un hombre de su plena confianza, su yerno: Jared Kushner.
Kushner y su esposa Ivanka (hija del mandatario) acompañan constantemente a Donald Trump y son los grandes confesionarios que tiene el presidente / Foto: AFP
Luego de este episodio, la opinión publica estadounidense comenzó a “mirar de reojo” al yerno del presidente. Kushner, empresario devenido en estrecho asesor presidencial, es uno de los hombre de más confianza del magnate y diversos analistas aseguran que la influencia de éste sobre Trump es enorme. Inmediatamente luego de que se desnudaran las supuestas acciones de Kushner, el despedido James Comey compareció ante la Comisión de Inteligencia del Senado, señalando: “Me sorprendió que el presidente me despidiera por la investigación de Rusia. Y aunque la ley no requiere de ninguna razón para despedir a un director del FBI, esta administración buscó difamarme a mí y al FBI, alegando que la oficina estaba en una situación caótica, que era dirigida de forma pobre, que la fuerza de trabajo perdió confianza en su líder (Comey), esas fueron mentiras, simple y llanamente”.It is my opinion that many of the leaks coming out of the White House are fabricated lies made up by the #FakeNews media.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 28 de mayo de 2017

James Comey al momento de su juramento antes de su declaración / Foto: AFP
CAPÍTULO 4: CACERÍA DE BRUJAS
Donald Trump es reconocido públicamente por ser deslenguado, feroz y avasallante en sus declaraciones. Sabe jugar muy bien ese papel, con ese estilo ganó las elecciones, y todo indica que su modus operandi para lanzar dardos a quienes se opongan contra él no va a cambiar. En este contexto, su cuenta personal de Twitter –que cuenta con más de 32 millones de seguidores– es la plataforma favorita del presidente estadounidense para opinar, fuera del lente de las cámaras, lo que piensa y cree sobre la contingencia de Estados Unidos y el mundo. Luego del mencionado escándalo nacional en el que se transformó el despido de James Comey, este episodio activó el lado más millennial de Trump, ya que su actividad y explosividad a la hora de tuitear sobre la posible injerencia de Rusia en las pasadas elecciones aumentó sustancialmente.“Estoy siendo investigado por despedir al director del FBI, por el hombre que me dijo que debía despedir al director del FBI. ¡Cacería de brujas!”, señaló el presidente de los Estados Unidos, quien además aludió a que el denominado Rusiagate era la mayor “persecución de la historia” contra un político en la historia de ese país.I am being investigated for firing the FBI Director by the man who told me to fire the FBI Director! Witch Hunt
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 16 de junio de 2017
CAPÍTULO 5: LA ESPERADA REUNIÓN EN LA CUMBRE DEL G20
El clímax de la reunión que tuvo lugar en Hamburgo fue el encuentro entre el presidente Donald Trump y su par ruso, Vladimir Putin. La reunión -la que duró aproximadamente 2 horas- tuvo un formato extremadamente reducido, ya que como es sabido, el presidente ruso gusta de las reuniones con poca gente. Trump asistió a la reunión acompañado exclusivamente por dos personas: Un traductor y Rex Tillerson, Secretario de Estado de los EE.UU., lo que se tradujo en una clara imposición rusa en las condiciones de la junta.
Foto del esperado encuentro entre Trump Y Putin / Foto: AFP