Tras el violento ataque con cuchillo en una iglesia de Sídney que terminó con cuatro personas apuñaladas, incluido el obispo, la policía australiana calificó el suceso como un acto “terrorista” con motivaciones religiosas y realizó un llamado a la población a mantener la calma.
Luego del ataque, un joven de 16 años fue sometido por los fieles y fue puesto bajo custodia policial. El sospechoso del ataque era “conocido por la policía”, aunque no figuraba en ninguna lista relacionada a terroristas, según indicaron las autoridades.
“Después de considerar todo el material, declaré que fue un incidente terrorista”, indicó la comisaria policial del Estado de Nueva Gales del Sur, Karen Webb. Durante la rueda de prensa, declaró que se trató de un acto de “extremismo” con motivaciones religiosas y que las víctimas “tienen suerte de estar vivas”.
Por su parte, el jefe de la Organización Australiana de Inteligencia de Seguridad, Mike Burgees, apuntó a que el sospechoso habría actuado por su cuenta y que no había motivo para elevar la amenaza a terrorista. “En este punto parece que fueron acciones de un individuo”, acotó.
El ataque quedó registrado debido a la transmisión en vivo de la ceremonia religiosa, en donde se puede ver al hombre acercándose al altar y atacando al párroco en diferentes ocasiones. Luego del atentado, más de 500 manifestantes salieron a las calles y se enfrentaron a la policía, quienes los contuvieron para que no lograran ingresar a la iglesia y linchar al adolescente.