Investigadores de Canadá y Noruega han arrojado luces sobre un fenómeno sorprendente en el mundo de las ballenas: según un reciente estudio, el coqueteo entre especies parece ser más común de lo que se creía. Se ha descubierto que las ballenas azules del Atlántico Norte mantienen un vínculo genético con sus vecinas, las ballenas de aleta.
Mediante el análisis del genoma de las ballenas azules, el estudio, publicado en Conservation Genetics, reveló que cerca del 3,5% del ADN proviene de las ballenas de aleta, lo que apunta a un fenómeno conocido como introgresión, según recogió Futuro 360.
La introgresión es un fenómeno que implica el intercambio de material genético entre especies. Mayoritariamente, los híbridos resultantes tienden a ser infértiles, aunque diversas investigaciones apuntan a que, en el caso de las ballenas, la hibridación podría tener esperanza.
Aunque este fenómeno pueda parecer inofensivo, los investigadores mantienen su preocupación debido a las consecuencias a largo plazo para la conservación de las ballenas azules. La disminución de la diversidad genética podría hacer que la especie sea menos resistente a los cambios ambientales.
El increíble hallazgo remeció a la comunidad científica, ya que no esperaban encontrar un porcentaje tan alto de ADN de otra especie en las ballenas azules