La tasa de inflación en Estados Unidos registró este mes de marzo un incremento de tres décimas, alcanzando el 3,5 por ciento, lo que consolida la perspectiva de la Reserva Federal (Fed) de que alcanzar el 2 por ciento no será una tarea fácil y podría retrasar las reducciones en los tipos de interés.

Según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), los precios al consumo aumentaron cuatro décimas con respecto a febrero, igualando el incremento del mes anterior.

Por otro lado, la inflación subyacente, un indicador clave para la Fed al excluir energía y alimentos frescos, se mantuvo en el 3,8 por ciento interanual y aumentó cuatro décimas mensualmente.

La mitad del aumento de precios se atribuyó a los índices de vivienda, que experimentaron un incremento mensual del 4 por ciento y acumulan un alza interanual del 5,7 por ciento, y de la gasolina, con un aumento mensual del 1,7 por ciento e interanual del 1,3 por ciento.

La Reserva Federal estadounidense reafirmó la necesidad de una reducción más sostenida de la inflación antes de considerar bajar los tipos de interés, actualmente en un rango del 5,25 % al 5,5 %, su nivel máximo desde 2001.

Según las actas publicadas este miércoles sobre su última reunión, los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) coincidieron en que mantener el rango actual ayudaría al objetivo de mantener la inflación por debajo del 2 por ciento.

En esa reunión, expresaron su preocupación por la persistencia de una inflación alta y destacaron que los datos recientes no habían aumentado su confianza en una disminución sostenible de la inflación para alcanzar esa meta.

El presidente estadounidense, Joe Biden, también comentó sobre este aumento de precios reconociendo que podría retrasar la deseada reducción de los tipos.