Una cruel situación de maltrato animal fue detectada en Linfen, en la provincia de Shanxi, al norte de China, donde cerca de 700 gatos estaban encerrados y gritando en el patio de un hotel, y cuyo destino final era ser parte del menú de locales de comida.
Según lo informado por Clarin, los felinos se encontraban en jaulas oxidadas y se presume que fueron robados para ser traficados y sacrificados en restaurantes.
Luego que allanaran el lugar, Linfen Small Animal Rescue, un grupo de protección animal, tomó el caso.
Declararon que los animales fueron separados en jaulas individuales y que han estado siendo alimentados e hidratados.
“Los veterinarios están verificando si hay gatos heridos o enfermos”, remarcaron.
La situación ocurre en momentos en que China prohibió el consumo de animales exóticos y domésticos por las sospechas del origen del Covid-19 en un mercado que ofrecía carne especies salvajes.