La granjera Hellen Macdonald no pudo evitar la eutanasia de “Gerónimo”, su alpaca, que dio positivo a un test de tuberculosis bovina: este martes el animal fue sacrificado por personal veterinario del Reino Unido.
La alpaca fue retirada de su granja en Gloucestershire, al suroeste de Inglaterra, en un remolque para efectuar su ejecución.
De esta manera, se cumple con la orden determinada por la justicia británica, que el pasado 18 de agosto rechazó el último recurso impuesto por su propietaria para impedir el fatídico destino del animal, importado desde Nueva Zelanda.
Macdonald en reiteradas ocasiones había denunciado falsos positivos y estaba luchando por un tercer control que determinara la salud de “Gerónimo” o bien que su condición sirviera para ser investigado. Quería evitar su muerte a cómo de lugar, pero finalmente no logró convencer a las autoridades.
El caso del camélido y su dueña había alcanzo notoriedad en el Reino Unido: cientos de ingleses marcharon en una protesta en contra del sacrificio en las calles de Londres.
Su situación no solo había agitado las calles: En internet más de 140.000 personas firmaron una petición para salvar a “Gerónimo” e incluso había contado con el apoyo público del padre del Primer Ministro, Boris Johnson.