Algo incómodo estuvo el humorista Enzo Corsi viendo la rutina de humor negro de su colega Edo Caroe en la última noche festivalera. Asegura que faltó valentía y que el recurso de reirse de los demás sin filtro, es un recurso que él jamás utilizó durante su paso por ese mismo escenario hace 24 años.

Esta es su crítica a la primera noche del humor en la Quinta Vergara:

“Me llamó la atención que, pese a mostrarse tan valiente, tan choro, Edo Caroe no se atrevió a salir solo al escenario. Le tuvo miedo al Monstruo. Fue con esa cosa del Coco Legrand, que demostró que le faltaron testículos, le faltaron cocos y debió apoyarse con un humorista de esta envergadura. ¿Sabes? A mí me da rabia el artista que necesita de accesorios como esos. No se necesitan esas faramallas. Yo fui solito el año 1992, porque así se hace cuando tienes cojones.

Ver el show de Edo Caroe, escuchando sobre actualidad, nombres de políticos, casos de corrupción y una mala imagen de Chile, era como estar ante el noticiero 24 Horas. El problema es que la gente se quiere reír y olvidarse de los problemas. Si yo voy a un evento en una empresa, no voy a empezar a reirme de lo malo que es el sueldo, de las gratificaciones que no llegan. No voy a ir a recordarte tus problemas, porque si no te volvís loco.

El Festival de Viña es un evento internacional, es una ventana al mundo en la que nuestro país queda súper mal parado con esta clase de humor que es más para un café concert, para un teatro quizás. No es para que el mundo se ría de un tema serio como la corrupción. Considera que después de la rutina de Caroe, me llamó un amigo argentino riéndose, mofándose de la situación social en Chile. Hay temas más sanos, más fáciles de hacer.

Hasta hace poco el Festival de Viña llevaba a ese escenario gente que hablaba en coa, que apenas podía expresarse al hacer humor. Ahora lleva a alguien que sólo habla de lo corrupto que es el chileno.

No creo que Edo Caroe cumpla el oficio del bufón que le muestra a la sociedad la situación del reino. El absurdo, la crítica mordaz, existen desde el teatro de Molière y la comedia medieval, pero eso es más para el actor. Creo que lo que hace él, lo que hace el Yerko (Puchento) es una moda de personas que creen tener huevos porque denostan a los demás y se ponen del otro lado de una nube desde donde es fácil mirar la paja en el ojo ajeno. Desde donde dicen: “todos se equivocan, yo soy perfecto”.

Dejar a los demás como estúpidos es algo que también le he criticado al Kramer, un gran gran artista que desgraciadamente ha caído en lo mismo. Se puede ser un poco más intelectual que eso, sin agredir sin ser brutal. ¿Ejemplos? Puedes reírte de los homosexuales fantaseando con lo que pasaría si a Noé el Movilh le exigiera subir al arca parejas de animales del mismo sexo. Recurrir al humor de niños, al humor de lo que pasa en vacaciones, de la burocracia o incluso temas espinosos como el sexo: yo una vez me reía con que la democracia se parece al sexo porque el hombre introduce algo masculino como el voto, en una urna que es lo femenino y que de esa relación se engendra la gente que va a abusar de nosotros.

Yo tengo un restaurant ahora y hace poco lanzamos una promoción de tenedor libre que se llama “Por 5 lucas COIMA lo que quiera“. ¿Ves? Se puede ser contingente sin denostar a otros ni ser un Yerko enfurecido que vomita todas las cosas que tiene guardadas. El público aplaude eso y las redes sociales lo comentan porque hay gustos para todo y ser rebelde hoy es moda”.

►Los 20 minutos de fama de Enzo en viña 1992