El exastronauta norteamericano, Walter Cunningham, quien estuvo a cargo del viaje realizado por el Apolo 7 en 1968 que cimentó el camino para que nueve meses después se lograra el primer alunizaje humano, falleció este martes a la edad de 90 años.

Cunningham nació el 16 de marzo de 1932 en Creston, estado de Iowa. Se graduó con honores en Humanidades y en Física en 1960 y realizó una Maestría en Humanidades con mención en Física en la Universidad de California, Los Ángeles.

Se enlistó en la armada en 1951 y sirvió activamente con el Cuerpo de Marines de los EEUU, retirándose bajo el cargo de coronel, luego de completar 54 misiones como piloto de combate nocturno en Corea. Luego de eso trabajo como científico en una corporación privada y fue seleccionado como astronauta en 1963, como parte de la tercera generación de astronautas de la NASA.

Junto a sus compañeros de tripulación Walter Schirra y Donn Eisele se embarcó en la misión de 11 días del Apolo 7, la cual se llevó a cabo en la órbita terrestre baja. Cunningham era el piloto designado para el módulo lunar, a pesar de que el Apolo no contaba con nave de alunizaje, él era el responsable de todos los sistemas de la nave excepto el lanzamiento y la navegación.

El 11 de octubre de 1968 pilotó el vuelo de 11 días del Apolo 7, reanudando el programa de vuelos espaciales lunares de la Nasa 21 meses después de la tragedia que mató a los tres tripulantes del Apolo 1 -Gus Grissom, Ed White y Roger Chaffe- durante un ensayo de lanzamiento en tierra en 1967.

El vuelo tuvo una duración de 263 horas y 4,4 millones de millas, aproximadamente 7,2 millones de kilómetros y amerizó el 22 de octubre de 1968 en el Océano Atlántico.

“La NASA siempre recordará sus contribuciones al programa espacial de nuestra nación y envía nuestras condolencias a la familia Cunningham”, señaló el director de la NASA, Bill Nelson.