Algunos bañistas pasan largo rato en el agua, porque así disfrutan, se relajan y sienten que le sacan el máximo provecho a las vacaciones. No obstante, los especialistas advierten que se debe tener cuidado con la humedad, porque puede provocar una otitis externa, más conocida como la otitis del nadador.

El otorrinolaringólogo de Clínica Vespucio, Ramón Readi, explica que mientras que en invierno los lactantes y preescolares sufren con las otitis medias (infección interna del oído), en verano es el turno de los escolares, adolescentes e incluso adultos, quienes son víctimas de este problema que afecta del tímpano hacia afuera.

“Nadar en aguas sucias puede llevar a que se presente oído del nadador. Las bacterias que comúnmente se encuentran en el agua, pueden causar infecciones en esta zona. En otras ocasiones, la enfermedad puede ser provocada por un hongo”, añade Readi.

SÍNTOMAS

► Secreción de color verde amarillento.

► Dolor de oído.

► Picazón.

CÓMO PREVENIR

Para prevenir la afección el médico aconseja:

► No sumergirse en aguas contaminadas o en sectores no habilitados para el baño.

► Evitar los cambios de temperatura.

► Evitar baños prolongados en aguas muy frías.

► Secar los oídos por fuera, preocupándose de no introducir elementos como cotonitos. Esto, dado que este hábito puede provocar lesiones en el conducto auditivo e incluso en el tímpano.

► Secar el pelo después de los baños.

► Si exista malestar o dolor, consultar con el médico.

La otitis externa suele tratarse en base al uso de antiinflamatorios, analgésicos y antibióticos en gotas. A veces, se utilizan antibióticos orales o endovenosos según la necesidad y gravedad del cuadro.