Cuando la familia del niño quiso darle entierro, el párroco de una iglesia ortodoxa perteneciente al patriarcado de Moscú rechazó oficiar la ceremonia, alegando que el bebé había sido bautizado por el patriarcado de Kiev. En Ucrania las dos ramas de la iglesia están enfrentadas hace años.
“El cura dijo que nuestro bebé no estaba bautizado y que nuestra iglesia era una impostura”, contó el padre del niño, Roman Polishchuk, citado por el portal de información Forpost. Tras el rechazo el progenitor golpeó al párroco.
“Hay algunas líneas que no puedo cruzar: un niño bautizado por el patriarcado de Kiev es un niño no bautizado“, respondió el sacerdote, Evgueni Molchanov.
El rechazo a enterrar al niño es “completamente arbitrario […] no hay ningún documento oficial del patriarcado de Moscú que diga que eso debería ser así”, denunció en Facebook el portavoz del patriarcado de Kiev, Ievstrati Zoria. El menor finalmente puso ser enterrado en la iglesia que le dio el bautizo.
Después de la independencia de Ucrania en 1991 y la caída de la Unión Soviética, Filaret, exjerarca del Patriarcado de Moscú, creó la Iglesia ortodoxa ucraniana (de Kiev) de la que se autoproclamó patriarca, lo que le costó la excomunión por parte de Moscú.
La iglesia ortodoxa ucraniana dependiente del patriarcado de Moscú sigue siendo la comunidad religiosa más importante de Ucrania, por delante del patriarcado de Kiev, no reconocida por ninguna iglesia ortodoxa en el mundo.