El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a negar este miércoles haber destituido al jefe de la Policía Federal para blindar a su familia, al defenderse de presuntos nuevos elementos en una investigación judicial que podría amenazar su permanencia en el cargo.
La Fiscalía General de la República (PGR) investiga si Bolsonaro intentó obstruir a la justicia al sustituir al jefe de la Policía Federal el mes pasado por alguien de su confianza, como denunció el exministro de Justicia Sergio Moro al presentar su renuncia a fines de abril.
Los investigadores ya interrogaron a Moro, a tres ministros de Bolsonaro y accedieron el martes al video de una reunión ministerial del 22 de abril en la que, según reportes, el presidente de ultraderecha defiende el cambio en puestos clave en la policía para proteger a familiares y amigos.
Pero Bolsonaro asegura que la grabación no lo incrimina. A pesar de admitir que en la reunión se refirió a amigos y familiares, alega que estaba hablando de su seguridad y no de blindarlos ante investigaciones.
“En ningún momento digo ‘Policía Federal’. No existe esa palabra en todo el video (…) No existe la frase ‘investigación sobre mis hijos’. Me refiero a la seguridad de mi familia y mis amigos. ¿O creen que no existe interés en perjudicar a alguno de mis hijos?”, afirmó Bolsonaro a periodistas a la salida de su residencia oficial en Brasilia.
El contenido del video no ha sido publicado por estar bajo secreto de sumario.
Los pocos detalles que se conocen se deben a relatos en la prensa local en base a “fuentes” que vieron el material.
Bolsonaro defendió que ese fragmento se haga público, pero advirtió que otras partes de la reunión no deberían ser reveladas porque tratan de asuntos comerciales, diplomáticos o de “asuntos personales” reservados.
De acuerdo con filtraciones a la prensa, Bolsonaro y sus ministros utilizan lenguaje ofensivo al referirse a otros políticos, a jueces de la corte suprema e incluso a China, principal socio comercial de Brasil.
Las revelaciones de Moro -exjuez de la megacausa anticorrupción Lava Jato- causaron un terremoto político en Brasil, que enfrenta al mismo tiempo críticas por su respuesta a la pandemia de coronavirus.
Entre las investigaciones en curso que preocupan a Bolsonaro, según la prensa, figura una abierta en marzo de 2019 sobre campañas de noticias falsas para amenazar o calumniar a jueces de la corte suprema que contrariaron proyectos del jefe de Estado.
Dependiendo del rumbo de la investigación, Bolsonaro podría ser denunciado por diversos delitos, entre ellos obstrucción de la justicia, y suspendido del cargo por el Congreso, para ser juzgado por la Corte Suprema.
El caso también podría tener consecuencias judiciales para Moro, que podría responder por delitos como calumnia o prevaricación.
La Fiscalía General de la República (PGR) investiga si Bolsonaro intentó obstruir a la justicia al sustituir al jefe de la Policía Federal el mes pasado por alguien de su confianza, como denunció el exministro de Justicia Sergio Moro al presentar su renuncia a fines de abril.
Los investigadores ya interrogaron a Moro, a tres ministros de Bolsonaro y accedieron el martes al video de una reunión ministerial del 22 de abril en la que, según reportes, el presidente de ultraderecha defiende el cambio en puestos clave en la policía para proteger a familiares y amigos.
Pero Bolsonaro asegura que la grabación no lo incrimina. A pesar de admitir que en la reunión se refirió a amigos y familiares, alega que estaba hablando de su seguridad y no de blindarlos ante investigaciones.
“En ningún momento digo ‘Policía Federal’. No existe esa palabra en todo el video (…) No existe la frase ‘investigación sobre mis hijos’. Me refiero a la seguridad de mi familia y mis amigos. ¿O creen que no existe interés en perjudicar a alguno de mis hijos?”, afirmó Bolsonaro a periodistas a la salida de su residencia oficial en Brasilia.
El contenido del video no ha sido publicado por estar bajo secreto de sumario.
Los pocos detalles que se conocen se deben a relatos en la prensa local en base a “fuentes” que vieron el material.
Bolsonaro defendió que ese fragmento se haga público, pero advirtió que otras partes de la reunión no deberían ser reveladas porque tratan de asuntos comerciales, diplomáticos o de “asuntos personales” reservados.
De acuerdo con filtraciones a la prensa, Bolsonaro y sus ministros utilizan lenguaje ofensivo al referirse a otros políticos, a jueces de la corte suprema e incluso a China, principal socio comercial de Brasil.
Las revelaciones de Moro -exjuez de la megacausa anticorrupción Lava Jato- causaron un terremoto político en Brasil, que enfrenta al mismo tiempo críticas por su respuesta a la pandemia de coronavirus.
Entre las investigaciones en curso que preocupan a Bolsonaro, según la prensa, figura una abierta en marzo de 2019 sobre campañas de noticias falsas para amenazar o calumniar a jueces de la corte suprema que contrariaron proyectos del jefe de Estado.
Dependiendo del rumbo de la investigación, Bolsonaro podría ser denunciado por diversos delitos, entre ellos obstrucción de la justicia, y suspendido del cargo por el Congreso, para ser juzgado por la Corte Suprema.
El caso también podría tener consecuencias judiciales para Moro, que podría responder por delitos como calumnia o prevaricación.