El gobierno de Bahía dispuso a partir de este miércoles un toque de queda nocturno en 19 municipios del sur de ese estado brasileño, para tratar de frenar la propagación del nuevo coronavirus en el nordeste del país.
La medida restrictiva para el desplazamiento de las personas regirá hasta el martes 9 de junio, desde las 18:00 horas locales (21:00 GMT) hasta las 05:00 horas (08:00 GMT) del día siguiente, precisó el gobernador, Rui Costa.
La autoridad determinó además el cierre de todos los comercios y servicios no esenciales en toda esa zona.
“Es necesario y urgente imponer mayores restricciones después de registrar tasas extremadamente altas (de infección)” en el área, explicó, subrayando que “si no actuamos, podríamos ver una explosión de casos y una explosión en la demanda de camas en unidades de cuidados intensivos, que no podremos atender”, dijo Costa.
Con esta acción, Bahía busca evitar “un gran número de muertes” que ya suman 700 e incrementar el número de casos que ya asciende a 21 mil.
El área afectada por el decreto se encuentra en la frontera entre las dos regiones brasileñas más afectadas por el Covid-19: el nordeste y el sudeste.
En esta última región, que es el corazón comercial e industrial del país, comenzó el brote de la pandemia y comprende las ciudades de Sao Paulo, la más poblada del país, y Río de Janeiro, que sigue siendo la que registra más casos, tanto de contagios -más de 200.000 sobre un total de 555.000, como de muertes, con casi 15.000 del total de 32.000 que registra el país.
El nordeste, que comprende ciudades como Salvador, Pernambuco y Fortaleza, la región más pobre de Brasil, es la segunda, con cerca de 195.000 casos y 10.000 muertos.
Los expertos afirman que los números reales son probablemente varias veces más altos, debido al número insuficiente de pruebas de diagnóstico.
Las autoridades sanitarias sospechan que la propagación del virus se ve estimulada en parte por los trabajadores pobres originarios de esta región, que regresan a sus hogares debido a la paralización de la economía por las medidas de distanciamiento social aplicadas en el sudeste.
El presidente Jair Bolsonaro es un crítico acérrimo de las medidas de cuarentena aplicadas en la mayoría de los estados, por considerarlas ruinosas para la economía.
El mandatario ha instado a las empresas a emprender una “guerra” sobre las medidas adoptadas en estados y municipios, que en Brasil tienen prioridad para decidir en lo relativo a cuestiones sanitarias.
Algunos estados, como Sao Paulo y Río de Janeiro, ya empezaron a flexibilizar medidas, pese a que todavía no han alcanzado el pico de contagios y a las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de epidemiólogos.