El Presidente de Brasil, Michel Temer, enfrenta este martes el inicio del juicio en el Tribunal Superior Electoral (TSE) que durará tres días por un gigantesco escándalo de corrupción por la supuesta financiación ilegal de la campaña que llevó al triunfo a Dilma Rousseff como Mandataria, y al propio Temer como vicepresidente, en las elecciones de 2014.

En el juicio Rousseff y Temer tienen sus propias defensas y estrategias diferenciadas.

Los siete magistrados que componen el Tribunal deben pronunciarse sobre las denuncias que sostienen que la campaña fue financiada con recursos no declarados de empresas como la constructora Odebrecht.

En caso de que los magistrados concluyan que la campaña fue financiada con recursos ilegales, el tribunal puede declarar inválida la victoria electoral y despojar de su mandato a Temer.

De confirmarse esto, Brasil perdería su segundo Presidente en menos de un año, ya que Rousseff fue destituida en agosto pasado en un juicio político en el Congreso que la condenó por irregularidades en las cuentas públicas y que permitió asumir la Presidencia a Temer.

UN JUICIO EN MEDIO DE LA CRISIS

Temer enfrenta el juicio en medio de una grave crisis política por la decisión de la Corte Suprema de investigarlo por los presuntos delitos de corrupción, obstrucción a la justicia y asociación para delinquir.

La investigación penal fue solicitada por la Fiscalía tras la divulgación de una grabación aportada por un empresario acusado de corrupción que colaboró con la Justicia a cambio de una reducción de su condena.

En ese sentido el presidente de la corte, Gilmar Mendes, aseguró a medios locales que “no le cabe al TSE resolver la crisis política”.

A raíz del juicio que comienza este martes, el Tribunal reforzará la seguridad en sus instalaciones para evitar complicaciones por las eventuales protestas que puedan surgir en las cercanías.