El módulo Odiseo ha transmitido las primeras imágenes desde la superficie lunar, capturadas desde una perspectiva inédita. Según informa la empresa Intuitive Machines, los registros muestran la región más meridional de la Luna, hasta ahora inexplorada por cualquier vehículo espacial. Este aterrizaje marca el regreso de Estados Unidos a la superficie lunar, siendo la primera vez desde la histórica misión Apolo de la NASA.

Investigadores de la Universidad de Kioto, Japón, informaron sobre el hallazgo de cuatro nuevos ejemplares de salamandra gigante china, el anfibio vivo más grande del mundo. El encuentro se produjo durante el análisis de muestras de tejido de 73 salamandras provenientes de campos, acuarios o zoológicos del país nipón. De acuerdo con la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la especie se encuentra en peligro de extinción.

Los científicos cartografiaron 52.777 kilómetros cuadrados de lecho marino y descubrieron 4 montes nuevos en aguas chilenas; el más alto de ellos alcanzó los 3.530 metros de altura.

Los investigadores utilizarán los dispositivos para examinar una variedad de cuerpos celestes, incluyendo el centro de la Vía Láctea.

El especímen contaba con una anatomía particular: “tenía extremidades en forma de aletas y su cuello es más largo que el cuerpo y la cola combinados”.

El ejemplar corresponde a una nueva especie de anaconda verde (Eunectes murinus), ya que posee una diferencia genética del 5,5%.

El módulo se podría convertir en la primera nave estadounidense que alcance la superficie lunar desde la misión Apolo 17 y, además, podría consagrarse como la primera aeronave privada en alcanzar el satélite natural.

Se prevé que la mayoría de los pedazos se quemaron durante su ignición y los riesgos asociados a su descenso son muy bajos. Además, de haber sobrevivido pequeños fragmentos, habrían caído al mar.

Los expertos prevén que el cuerpo celeste posee una masa aproximada de 2.5 veces del Sol, con una temperatura que bordea los 8,000 Kelvin, es decir, una cuerpo celeste mucho más grande y caliente que nuestra estrella.

Todas las galaxias tienen un agujero negro supermasivo en el centro, una región que absorbe toda la materia circundante y que, al hacerlo, libera enormes cantidades de energía en forma de luz visible y radiofrecuencias. Son los cuásares, los objetos más brillantes y calientes del universo.