Las bacterias son los organismos más abundantes de la Tierra. Sin ir más lejos, hay millones dentro de los seres humanos y, aunque no todas son peligrosas, muchas de ellas sí pueden causar enfermedades. Por ello, un grupo de investigadores del Departamento de Física (DFI) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile estudiaron su comportamiento para determinar cómo impedir su concentración.
El objeto de estudio fue la Escherichia coli, que está presente en nuestro tracto intestinal. La académica DFI en investigadora del Núcleo Milenio de Materia Activa, María Luisa Cordero, indicó que “los resultados muestran que la curvatura de una pared puede influir en la acumulación de bacterias, y que una curvatura pequeña puede reducir la cantidad de bacterias en contacto con la superficie”.
De esta manera, se demostró que “se puede disminuir la cantidad de bacterias -en contacto con una pared- simplemente haciéndola rugosa, siempre y cuando su curvatura sea pequeña”. A su vez, la científica comentó que “esto es útil para fabricar insumos médicos e industriales resistentes a la formación de biopelículas, sin necesidad de tratamientos químicos, solo manejando la topología de la superficie”.
Pese a que la mayor parte de las Escherichia coli son inofensivas, algunas de sus variantes pueden causar colitis, infecciones urinarias, enfermedades respiratorias e infecciones del torrente sanguíneo. La acumulación de las bacterias en superficies pueden ser un foco infeccioso, ya que crean biopelículas que las protegen de antibióticos y otros medios de esterilización.
Para determinar su comportamiento, el grupo de investigadores realizó experimentos utilizando dispositivos microfluídicos con paredes planas y curvas, además de bacterias fluorescentes que emitían destellos verdes cuando se las iluminaba con luz azul.
“Ahora planeamos hacer más experimentos que confirmen las predicciones del modelo, en particular para bacterias más largas y cortas que las que usamos inicialmente”, concluyó Cordero.