Lorena Rivera, directora ejecutiva Centro de Estudios de Primera Infancia (CEPI).
En el Centro de Estudios de Primera Infancia (CEPI) estamos muy contentas por la primera infancia.
El día jueves tuvimos la oportunidad de presentar los resultados del 2° Informe de Progreso de la “Agenda Regional para el Desarrollo Integral de la Primera Infancia” a las subsecretarias de Educación Parvularia y de la Niñez, así como a un grupo de actores de la sociedad civil.
Como es sabido, el año 2017 nuestro país se hizo parte de esta Agenda junto a otras 11 naciones, la cual busca orientar los esfuerzos de los países de América Latina para el fortalecimiento de las políticas públicas en primera infancia. Esto generó un espacio para el intercambio de experiencias y buenas prácticas, así como de oportunidades de mejora significativas a partir de los procesos que hay detrás de estas políticas.
En 2018 elaboramos el 1° Informe para Chile, y cinco años después, realizamos el 2° Informe de progreso. Tras ambos reportes, podemos anunciar que, si bien aún tenemos importantes desafíos pendientes, durante este período ha habido avances significativos para la primera infancia en Chile en términos de institucionalidad, financiamiento y calidad de los servicios educativos.
Hoy, la Ley de Garantías entrega un marco normativo robustecido que permite articular la oferta pública del intersector a nivel local y subnacional, algo que se planteaba como una debilidad en el informe anterior.
Actualmente, se están implementando gradualmente las oficinas locales de la niñez, encargadas de articular la oferta local. Asimismo, se ha avanzado en la medición anual de la inversión pública, aunque se mantiene el desafío de estimar la inversión privada en desarrollo infantil temprano, así como generar mecanismos que permitan evaluar la efectividad de la inversión.
En términos de la calidad de los servicios, se observa un gran avance en la calidad de la educación inicial convencional, con la implementación del sistema de aseguramiento de la calidad, el cuál recién se estaba diseñando cinco años atrás.
Ahora bien, se mantienen desafíos importantes de atender a la brevedad: por un lado, la equiparación de las subvenciones a los distintos proveedores de educación inicial, y contar con estándares para la formación inicial. En el resto de la oferta, es necesario seguir aumentando la cobertura de los programas y generar estándares, principalmente para los de salud, cuidado y acompañamiento familiar.
La evidencia es contundente respecto de la importancia de la primera infancia en el desarrollo humano. Continuar con estos reportes es fundamental para informar a todos los actores (gobierno, sociedad civil, academia y ciudadanía) cómo avanzan las políticas públicas en Chile para los niños y niñas.
Lorena Rivera, directora ejecutiva Centro de Estudios de Primera Infancia (CEPI).