Objetos, videos, films, instalaciones y registros sonoros son parte de la exposición. La muestra el arte conceptual participativo que representa una metáfora de su trayectoria artística y además de una crítica constructiva a la sociedad actual.
El plus que tiene la exposición es la reproducción de objetos, eventos, rituales y acciones, cuya precisa elaboración se completa a través de la participación del público.
Agustín Pérez Rubio, director artístico de MALBA, conversó con La Nación: “Yoko es una de las primeras artistas feministas. En su amplia práctica artística está muy presente la idea de lo comunitario y uno de los pilares de su trabajo han sido sus propuestas en contra de la violencia. ´Resurgiendo´ da buena prueba de ello dado que trabaja en torno a la violencia de género y permitirá a las participantes ser parte intrínseca de la muestra”.
El Co-Curador y Director del Museo Astrup Fearnley, Gunnar B. Kvaran, comentó a La Nación el enfoque de la exposición: “En esta muestra nos concentramos en las instrucciones de Yoko Ono. Ella reduce la noción del arte a la idea. Ella quita el objeto, y más que eso, ella invita al visitante a participar en el proceso creativo. Es, parcialmente, una cuestión de imaginación cuando el visitante es una parte del desarrollo filosófico y del pensamiento. Pero después hay otras obras en las que el espectador es invitado al desarrollo físico de las mismas”.
Yoko Ono formó parte del movimiento vanguardista en la época de los 60 y fue integrante del grupo Fluxus. Gran parte de la obras de la artista japonesa tiene que ver con la libertad de pensamiento, lucha contra el racismo, homofobia, sexismo y la valorización de las cosas cotidianas.