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Joaquín Reynaud, el hincha detrás de Albo_lectxra: “No toda la literatura tiene que ser académica”

Con 23 años, el recientemente titulado periodista maipucino se desempeña en redes sociales compartiendo contenido literario. Su cercanía con Colo-Colo y la forma de llegar a sus seguidores rápidamente lo inmortalizó como una figura particular que se aleja de la mirada academicista del lector. De esta manera, en menos de tres meses ha logrado acumular más de 75 mil seguidores en Instagram.

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Las redes sociales son un ecosistema diverso en el que confluyen diferentes tipos de opiniones y contenidos. Siguiendo esta misma lógica, al igual como conectan los tópicos, también lo hacen las personas. Así fue como probablemente hace algunos meses los usuarios se toparon con Joaquín Reynaud, más conocido como Albo_lectxra, un joven periodista maipucino que se dedica, al menos por el momento, a hablar sobre literatura, mostrándose lejano a la figura estereotípica del lector.

¿El sello distintivo? Reseña, opina, reflexiona y recomienda libros vestido con la indumentaria de Colo-Colo. Esta fachada lo llevó a generar diferentes reacciones en aquellos que se toparon con algunos de sus videos, donde en un comienzo, fue cuestionado debido al contraste y estigmatización de la imagen del hincha.

Al parecer, que un colocolino recomiende el mejor libro de entrada para comenzar a leer Tolstói o los clásicos de Herman Hesse rompía con el canon establecido de la figura de aquellos que consumen literatura. “Para mí cualquier hueón puede leer. Entonces me abanderé con esta hue… nomás”, señala al diario La Nación sentado desde su habitación, en donde a su espalda se visibiliza su biblioteca saturada de libros

¿Cómo nace la idea de convertirse en bookstagrammer?

-Yo nunca tuve la idea de ser bookstagrammer, pero hace como un año empecé a subir videos a TikTok. Cosas muy eventuales y sin mostrarme a mí; en general, era mostrando mi librero y algunos libros, hacía recomendaciones muy por la gracia de usar TikTok, porque encontraba entretenido que las cosas se viralizaran o que las viera gente que ni te conoce. Ahora, esto pasó porque  cuando salí de la U, cuando iba a egresar, yo sabía que no tenía experiencia como algunos de mis compañeros en periodismo, y tampoco tenía pitutos como otros, entonces sentí que tenía que hacer algo y, en esa lógica, me compré un teléfono. Cuando llegó, dije: ‘Ya, ahora sí o sí tengo que por lo menos demostrar que soy capaz de gestionar redes sociales para por último sacar una pega de community manager’. Entonces me propuse subir un video al día a TikTok hasta llegar a los 10.000 seguidores y así poder demostrar cuando vaya a pedir trabajo como, ‘mira, esto pude hacer’.

Añade: “Esa era la lógica: Tener un portafolio para mí, una cuenta de Instagram para que vieran que era capaz de hacer un plan comunicacional o de redes sociales. Entonces, la idea nace porque quería hacer contenido para encontrar pega y era lo que tenía en TikTok, entonces me agarré de lo mismo y porque me gusta leer, me gustan los libros y me gusta conversar de libros, entonces sentía que era un espacio cómodo. Y resulta que habitualmente ando vestido con cosas de Colo-Colo, justo estaba con esta misma polera, de hecho, en el video salgo hablando con ella”.

¿El sentido identitario con Colo-Colo fue planeado o más bien fortuito?

-En ese momento yo todavía me llamaba Joaquín Reynaud en TikTok, pero coincidió que subí ese video y jamás pensé cambiarme la ropa para hacer un video, pero fue como pegarle el ‘palo al gato’, porque harta gente lo empezó a destacar; le llamaba la atención este contraste entre la literatura y un colocolino. Entonces empecé a ver los comentarios y dije cómo ‘chucha, igual le fue bien’. Ahí seguí dándole vueltas al tema de Colo-Colo y la literatura y justo hablé con un amigo, que también está metido en todo esto de las redes sociales, y me dijo: ‘¿Sabís qué? si querís colaborar con marcas, por ejemplo, si querís darle una impronta más profesional al contenido y quieres hacerlo en formato TikTok, yo te recomiendo que te vayas a Reels de Instagram y que pensís todo tu contenido para un minuto y medio’.

Agrega: “Entonces yo dije: ‘Jamás me voy a abrir la cuenta de Instagram y la voy a dejar de hacer privada para subir videos. Además, me daba vergüenza que las 150 o 200 personas que tengo agregadas me vean que estoy haciendo esto’. Ni cagando. Pero después pensé que era algo que tenía que hacer, así que me comí la vergüenza nomás. Y ahí pensé, voy a aprovechar que a la gente le llamó la atención, y empecé a notar que igual me hacía sentido a mí la declaración de principios de que una persona que es del ‘Colo’ igual puede leer, porque para mí cualquiera puede leer. Entonces me abanderé con esta weá nomás. Ahí me puse albo_lectxra, en referencia al cántico de  ‘Albo locura tú eres mi vida”. 

Corporación Cultural de Ñuñoa

¿Cómo fue el tema de la estigmatización, presentarse como un hincha de un equipo popular en Chile e ir en contra de la imagen estereotipada de la figura del lector? ¿Cómo fue ese recibimiento?

-Tuve la suerte que no tienen personas que lo intentan durante años. Por algún motivo me imagino que el algoritmo me agarró y me mandó para todos lados, porque el primer video que yo subí a Instagram le llegó altiro a mucha gente y yo quedé loco con eso. Se dio que orgánicamente las personas que yo conocía, a diferencia de lo que yo pensaba, no se burlaron de mí, sino que empezaron a compartirlo. A lo que voy con eso es que el algoritmo me tiró para hartas partes y harta gente que yo no conocía me vio, y ahí obviamente llega de todo. De hecho, creo que en mi primer video es donde hay más gente odiándome, pero también era porque acababa de aparecer. Ahora ya llevo tres meses, hay gente que me ubica, ya se acostumbraron a que exista.

Claro, comienzas a formar una comunidad y la situación cambia.

-Al principio era mucho más hostil todo y yo jamás me defendía a mí mismo. Como que no quiero entrar en esas lógicas nunca. Y pasó que gente que no me conocía me insultaba, y gente que tampoco me conocía me defendía, entonces se daba una lógica muy extraña. Era como ‘cállate, flaite’, y otro le decía ‘cállate tú, clasista’, entonces se empezó a dar esa discusión, pero obviamente una de las cosas que resaltaron fueron los prejuicios, la estigmatización o la estereotipación de la figura del lector, como siempre verlo como algo tan imponente, catedrático, académico. 

¿Resulta hostil comenzar a crear contenido, compartirlo y que empiece a llegar a más personas? 

-Creo que, en parte, es suerte, pero hay un elemento bien claro igual en mis videos y es el contraste. Y creo que el contraste, en términos generales, a los humanos les gusta, les llama la atención. Obviamente, hay gente que es súper seca y que podría hacer viral casi cualquier cosa, pero lo mío en verdad fue muy genuino, muy fortuito. Se dio nomás. Las redes sociales son como un entorno que se presta para cosas rancias, pero creo que sí. Bueno, esto también es un prejuicio, pero en general creo que la gente que está metida en el mundo de la literatura y que lee harto, es menos propensa a caer en ciertas estigmatizaciones y en ciertas intolerancias, al menos es la imagen que tengo yo de la literatura, que te abre la mente más que cerrarla. No sé por qué, pero le caigo bien a la gente, al parecer.

¿Crees que mostrándote tal como eres, sin un personaje, influyó en la percepción de los usuarios?

-Siempre lo digo, es importante chasconear estos espacios, como que no toda la literatura tiene que ser académica y no todo lo académico tiene que ser con esta impronta formal y seria, a pesar de que así ha sido siempre. Yo soy fiel creyente de que no tienen por qué ser siempre las cosas iguales.

¿Cómo ha sido el acercamiento de parte de las editoriales y de las marcas?

-Una vez en la universidad hice un reportaje sobre el mundo editorial y ahí a mí me cerraron puertas en todos lados. Y no solo por ser yo ni por ser del ‘Colo’, sino por ser estudiante. Pero nah’ poh,  igual es bacán; yo siempre decía: ‘Oh, qué bacán leer y que te regalen libros, hablar de libros,  leer y que tu vida ronde sobre los libros’. Pero creo que pasó de a poco. No, en verdad no pasó de a poco, fue de la nada, porque lo que me pasó a mí es que en diez días ya tenía como diez mil seguidores, ¿cachai? Entonces desde que subí el primer video, hasta dos semanas después, había mucha gente que todavía no me conocía, y fue muy extraño porque me empezaron a ofrecer cosas, me empezaron a ofrecer libros las editoriales, librerías, autores, entonces como que no tenía sentido para mí que todo el mundo quisiera mandarme hueás. 

¿Te proyectas en un futuro relacionado a la literatura?

-Actualmente te diría que sí, pero en verdad va a depender de otras circunstancias que de mí. También me pasa que quiero seguir viviendo la literatura como un goce, como un placer, y a veces creo que los trabajos impiden ver las cosas de esa forma. No quiero que la literatura se transforme en una obligación o una lata porque se transformó en mi trabajo de alguna forma. Pero, sí, me veo en eso. Bueno, ya estoy empezando a tener conversatorios, así que espero poder adquirir conocimientos y herramientas más formales desde la academia. Me gusta estudiar y también para no sentir que estoy ocupando el puesto de alguien que es más instruido y que quizás no le están saliendo las oportunidades que a mí sí. Eso diría, básicamente. Pero sí, quizás si me veo profesionalmente, pero va a depender de cómo se me vaya presentando todo. 

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