Una fiesta que se extendió durante dos días en el exclusivo club Mutabor de Moscú, en donde algunos de los artistas más conocidos de Rusia asistieron “casi desnudos”, ha desencadenado una tormenta mediática en el país, además de la molestia del presidente Vladímir Putin.
La polémica fiesta, celebrada en un momento en el que Rusia sigue inmersa en la guerra contra Ucrania y en donde las autoridades impulsan una agenda cada vez más conservadora, provocó una rápida reacción. Según consignó Infobae, el medio de comunicación Baza, reconocido por sus contactos con los servicios de seguridad, informó que las tropas fueron las primeras en quejarse al revelarse las imágenes.
Por ello, este miércoles, el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, pidió perdón a los periodistas por no haber comentado públicamente el escándalo. “Que seamos usted y yo los únicos en el país que no hablemos de este tema”, declaró.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, apuntó que el evento había “manchado” a sus participantes, pero que ahora tienen la oportunidad de trabajar sobre sí mismos. De acuerdo con medios locales, la fiesta fue organizada por la bloguera Anastasia (Nastya) Ivleeva, la cual contó con la asistencia de reconocidos artistas en varios estados de desnudez.
Tras la polémica, Ivleeva emitió dos videos en donde se disculpó públicamente. En el segundo registro, se mostró arrepentida de sus actos y esperaba que le dieran “una segunda oportunidad”. Las autoridades abrieron una investigación en la que arriesga una pena de cinco años de cárcel, mientras en paralelo un tribunal de Moscú aceptó una demana de un grupo de particulares que exigen el pago de 1.000 millones de rublos, que se traduce en 10,9 millones de dólares, consignó el citado medio.
“Celebrar este tipo de eventos en un momento en el que nuestros chicos están muriendo en la operación militar especial (ucraniana) y muchos niños están perdiendo a sus padres es cínico”, declaró la directora de la Liga Rusa por un Internet Seguro, Yekaterina Mizulina.
“Definitivamente, nuestros soldados en primera línea no luchan por esto”, cerró.