Home Entrevistas "paz montenegro: “hay que buscar fórmulas para comunica...

Paz Montenegro: “Hay que buscar fórmulas para comunicar realidades profundas”

La periodista del histórico programa de TVN “Informe Especial”, acaba de presentar en pantalla dos capítulos con antecedentes inéditos sobre la desaparición y muerte del niño Tomás Bravo, caso que conmocionó a la opinión pública nacional. En conversación con La Nación, dialoga sobre la relevancia de las emociones para conectar con las audiencias en un contexto de saturación de contenidos. Y revela un pequeño “truco” personal.

Comparte esta noticia

COMUNICACIÓN EN DIÁLOGO

El interés y la empatía por un acontecimiento dramático de larga duración se pierde rápido. En un par de semanas, según investigaciones académicas sobre el impacto en las audiencias de coberturas de desastres. En ese sentido, la premiada periodista Paz Montenegro encabeza, desde el programa de TVN “Informe Especial”, una verdadera batalla contra la insensibilidad. En diálogo con La Nación, da cuenta de su leit motiv profesional: “Abordar, a partir de pequeñas historias mínimas, grandes temas que nos remezcan a todos”.

A propósito de esas historias mínimas, ¿cómo es ese acercamiento a víctimas o personas marginadas e invisibilizadas?

– Uno de mis grandes intereses es esa conversación horizontal con el otro. Creo que de ahí parte muchísimo de lo que yo hago en periodismo e incluso te diría que me he especializado en aquellos que no tienen voz, que no marchan. Estoy hablando de niños o personas mayores; personas que no suelen tener espacio en los medios de comunicación. A veces se produce una paradoja de que, por protegerlos, no les das voz o eres incapaz de mirarlos a los ojos. Y esa ha sido una discusión ética muy importante en nuestro equipo.

¿Un ejemplo?

– El año pasado hicimos un reportaje sobre salud mental adolescente. Fue una apuesta en un momento en que no se hablaba mucho del tema. Fue un atracón de información desgarradora e incluso tuvimos que capacitarnos con dos universidades para tratarlo. Hablamos con esos papás, hablamos con esos niños, niñas y adolescentes, y a los que tuvimos que protegerles la identidad lo hicimos, pero también generamos un espacio para conversar más abiertamente con adolescentes que quizás no estaban siendo afectados, pero sí sus entornos. Hay que buscar fórmulas para poner sobre la mesa estas realidades tan profundas.

Si uno no le pone rostro a un problema, ¿es más difícil comunicarlo de manera efectiva?

– Puedes poner todos los gráficos que quieras sobre el aumento de la tasa de enfermedades relacionadas con la salud mental en Chile, pero si una mamá te cuenta “esta es la tercera vez que mi hija intenta quitarse la vida, y yo no sé qué hacer porque los sicólogos y siquiatras están colapsados”, eso evidencia de manera explícita que se está ante un gran tema.

Después de tanto tiempo lidiando con el dolor ajeno, ¿cómo se logra mantener la empatía y la sensibilidad?

El minuto en que deje de empatizar o de emocionarme con mis entrevistados significa que ya no sirvo para esta pega. Estoy siempre muy pendiente de eso. Creo que gran parte de eso se transmite en pantalla, porque a través tuyo la persona que ve el programa logra conectar con lo que le está pasando a ese entrevistado. De hecho, una cosa muy especial que yo hago con mis entrevistas es que siempre llevo un piso.

¿Cómo?

– Un piso, porque para poder mirar al otro de manera horizontal tienes que estar a la misma altura de mirada. Entonces, si es un niño, si es un adulto, yo llevo mi piso para mirarnos así. Hay que tener la capacidad de escuchar honestamente y eso también tiene que ver con los temas que elijo abordar y que, generalmente, permiten esa conversación.

Has sido premiada por tus reportajes audiovisuales, tanto en “Contacto”como en “Informe Especial”. Ambos, temas relacionados con la infancia.

– Con “Contacto” fue el trabajo que hicimos con “Mi hija es transgénero” (2015), que Impactó mucho y fue un antes y un después en el hablar de niñas trans en nuestro país. Y acá en elInforme Especial” fue, apenas llegué (el 2021), con un tema sobre el acoso sexual afuera de una residencia de niñas.

¿Este interés qué tanto se relaciona con el hecho de ser madre?

– Creo que es un interés anterior a la maternidad, pero sin duda contribuye. Tengo cuatro hijos, de entre 11 y 18 años, y eso te da herramientas para conversar y ver cuáles son las inquietudes de ese grupo etario tan importante.

REDES SOCIALES VS. PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN

¿Cuál es el estatus actual del periodismo de investigación, sobre todo a partir del influjo de las redes sociales? Un formato que requiere tiempo y recursos se enfrenta a la instantaneidad mediática.

– El periodismo de investigación que hacíamos hace unos diez años, donde la competencia era mayor y donde había muchos más canales con productos de este tipo, ha cambiado. Cuesta más convencer de que vale la pena dedicar un tiempo considerable, recursos humanos y económicos, a un solo tema. Pero en este contexto de inmediatez absoluta, de fake news, es incluso más necesario.

¿Cómo se eligen los temas cuando hay menos recursos y se deben focalizar?

– Las formas son súper variadas: se parte por una idea, por una historia que diga “aquí hay algo” o puede partir a través de una pista que te entregue alguien. Se ve cuál puede tener un impacto mayor o si es realizable. Un reportaje de 50 minutos solamente con documentos es audiovisualmente muy difícil, por ejemplo.

¿Cuánto tiempo se están tomando en levantar una investigación?

– Trabajamos varios temas al mismo tiempo. Antes podía ser en un año, ahora lo estamos haciendo en tres, cuatro, cinco meses. En el caso de Tomás Bravo, nos tomamos un año y medio siguiendo todas las aristas de esa investigación. Una que se aguantó por la importancia que tenía y por lo que podía implicar para los organismos auxiliares de la justicia.

¿Cómo se puede competir con contenidos que circulan por las redes sociales y que son un híbrido de opinión, información y suposiciones falsas, cuando muchas personas no discriminan entre estos y contenidos de calidad, verificados?

– Es muy complejo e incluso aterrador, porque informaciones no contrastadas, que no siempre son verdad o llevan por delante solo una verdad o son pura opinología tienen efectos concretos en la sociedad. A veces es difícil convencer a la gente de que “eso no es así”. Creo que es uno de los desafíos más grandes que hoy tiene el periodismo en general.

¿Cómo es tu relación con las redes sociales? Casi no tienes publicaciones.

– Soy una voyerista de las redes sociales, pero no participo en ellas. En los medios donde he trabajado me han “invitado” a participar (se ríe) pero, la verdad, no es lo mío. Pero, claro, sigo a diario las conversaciones que hay, pues algunas ideas, historias y pistas para generar un reportaje provienen de ahí.

¿Qué significa para ti ser parte de “Informe Especial”?

– Cuando recibí el llamado para participar me generó un entusiasmo absoluto y un orgullo de poder aportar desde la televisión pública. Es el único programa de periodismo de investigación propiamente tal que queda en la televisión chilena y el próximo año cumple 40 años, todo un hito.

Obviamente cuando eras chica viste el programa.

– Claro, desde la infancia. Recuerdo especialmente reportajes que tuvieron que ver con la dictadura y los Derechos Humanos. Y cuando estaba trabajando en la competencia (“Contacto”), estuve muy pendiente de lo que estrenaban. Tengo 48 años, entonces ha sido una verdadera compañía de vida.

COMUNICACIÓN EN DIÁLOGO es un espacio gestionado por Arturo Figueroa-Bustos, académico investigador de la Escuela de Periodismo de la Universidad Andrés Bello, Campus Creativo.

Comparte esta noticia
60,813FansLike
8,370SeguidoresSeguir
346,900SeguidoresSeguir

Lo Más Leído