Uno de los principios rectores del plan es el reconocimiento del derecho a la salud y acceso igualitario a prevención, y atención de calidad sin estigma ni discriminación; mientras que entre sus principales objetivos se cuenta la promoción del sexo seguro y medidas de prevención del VIH, especialmente en adolescentes y jóvenes, con educación en salud sexual.
Santelices recordó que el número de casos nuevos VIH diagnosticados en Chile ha mostrado un aumento sostenido en los últimos años, desde 2.968 en 2010 hasta 5.816 en 2017, proyectándose más de 7.000 nuevos casos confirmados para el 2018.
Conforme a los datos aportados por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (Onusida), Chile es el país de Latinoamérica con mayor aumento en el número de nuevas infecciones.
De allí que la prioridad es cumplir con los siguientes objetivos.
- Disminuir la transmisión del VIH a través de estrategias de testeo y prevención combinada en el contexto de los determinantes sociales de salud.
- Promoción del sexo seguro y medidas de prevención del VIH, especialmente en adolescentes y jóvenes, con educación en salud sexual (sexo seguro).
- Comunicación social efectiva con información y sensibilización de la población en VIH/SIDA y prevención.
- Disminuir la morbi-mortalidad por VIH/SIDA hacia la meta sanitaria 2020, facilitando el acceso oportuno a diagnóstico, control y tratamiento.
- Aumento de la detección e ingreso precoz a tratamiento, con priorización en grupos vulnerables, para avanzar hacia la meta 90-90-90.
- Intensificar las estrategias de prevención de la transmisión vertical del VIH para alcanzar la meta de eliminación de la transmisión vertical del VIH.
- Fortalecimiento de la red de atención VIH del sistema público, la calidad de la atención y la integración de los niveles de atención y comunidad.
- Mejorar la adherencia al tratamiento y el acceso a TAR con esquemas terapéuticos actualizados de las personas que viven con VIH/SIDA.
- Mejorar la gestión de tests, fármacos e insumos de monitoreo asegurando disponibilidad y optimizando costos unitarios.
- Regulación eficiente del Plan unificando la gestión en el nivel central, agilizando el marco regulatorio y generando información estratégica para la toma de decisiones.
SIDA y ETS
Este aumento de casos con el virus se produce en todas las edades, pero especialmente entre los 20 y 29 años, pasando a ser el principal segmento etario entre los casos nuevos, a lo que se agrega un aumento significativo de las tasas de enfermedades de transmisión sexual (gonorrea, sífilis y hepatitis B, además de un brote de hepatitis A), que afecta mayoritariamente a este mismo grupo etario.Según los resultados de la aplicación del modelo Spectrum que realiza estimaciones y proyecciones de la epidemia, en Chile viviría un total de 69.995 personas con VIH en la actualidad. Sin embargo, el aumento de incidencia y los resultados de los pilotos de testeo permitirían proyectar una estimación de 100 mil personas viviendo con VIH en Chile.
En el sistema público de salud hay 31.500 personas en terapia, de las cuales el 90% tiene carga viral suprimida, a lo que hay que agregar hasta 7.500 en terapia en el sistema privado.
Estos escenarios dan cuenta de la existencia de una alta “carga viral comunitaria” que explica el aumento en la transmisión en Chile. Estas cifras nos colocan muy lejos de los compromisos 90-90-90 asumido por el Estado de Chile ante Naciones Unidas.
FALTA DE DIAGNÓSTICO
La autoridad sanitaria explicó que la principal brecha para reducir la alta tasa de transmisión es la falta de diagnóstico.El número de exámenes de diagnóstico VIH realizados en el sistema público en el país en el año 2011 fue de 889.637 y pasó a 1.148.600 exámenes en 2016, lo que representa un 29,1% de aumento, siendo la gran mayoría de los exámenes realizados en el contexto de gestación y donación.
En la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, sólo el 17,2% de la población encuestada afirmó haberse realizado el test en los últimos 12 meses.
También mencionó que la mortalidad por SIDA ha experimentado una reducción progresiva desde 3,6 por 100.000 habitantes en el año 2001 a 2,3/100.000 en el año 2009 por el impacto positivo del acceso ampliado a terapia antiretroviral en Chile.
Sin embargo entre 2009 y 2015 se observa un aumento en la tasa de mortalidad con cifras entre 2,8 y 3,0 los años 2013, 2014 y 2015. Este nuevo aumento en la mortalidad nos aleja de la meta sanitaria 2020 de 1,2 muertes por SIDA por 100.000 habitantes.