En ese sentido, la selfie es uno de los recursos más utilizado por los usuarios de redes sociales. De acuerdo a un estudio realizado por McCann Worldgroup, en el cual se entrevistó a 33.000 personas y se realizaron más de 120 focus group en 29 países diferentes, se concluyó que los usuarios entre 16 y 30 años son los que más autorretratos se toman.
La investigación da cuenta que a través de las selfies este grupo etario satisface algunas necesidades sociales, importantes para ellos:
Buscan dar a conocer su lado más auténtico
Aunque la mayoría tiene un comportamiento homogéneo, defender su heterogeneidad es una herramienta para definir quiénes son. Es por eso que con las selfies se intenta reflejar autenticidad a través de pequeñas diferencias.
Las experiencias son sus nuevos escenarios
En las selfies se establece una escena con la que se busca mostrar espontaneidad, a pesar de ser preparada. El objetivo final es la revalidación que se obtiene por parte de los seguidores.
Comparten con el mundo quiénes realmente son
Compartir lo que ellos experimentan es relevante, porque esa es la única forma en que la admiración de otros se materializa, se convierte en real. Para este grupo, la experiencia está incompleta si no es compartida. Por medio de las selfies se amplía la variedad de amigos, aunque en muchos casos son más bien conocidos o solo contactos.
Logran un sentido de pertenencia que les permite expandir su mundo
Compartir y pertenecer a un grupo es una razón de orgullo y satisfacción que merece ser compartida y eso se hace a través de las selfies. El ser parte de un grupo entrega varias posibilidades, como encontrar amigos para la vida, un socio, el trabajo ideal o quizás para viajar alrededor del mundo. Es la oportunidad de tener y sentir apoyo emocional, adquirir patrones de conducta que les ayudan a entenderse y a relacionarse con otros.