En el marco de la celebración de los 10 años del Parque Valle Los Ulmos, una iniciativa de conservación privada ubicada en los faldeos de la ladera norte del volcán Calbuco, en la localidad de Ensenada, Región de Los Lagos, se comunicó la firma de un nuevo acuerdo de Derecho Real de Conservación que protegerá para siempre 368 hectáreas de este lugar; un espacio con importantes valores ecológicos al estar fuertemente influenciado por los ciclos eruptivos del volcán.
El Derecho Real de Conservación (DRC) es una herramienta legal que formaliza la conservación de la naturaleza en territorios privados, regulando los usos de la tierra para garantizar la conservación de sus atributos ambientales en el largo plazo. En el caso del Parque Valle Los Ulmos, este hito se logró luego de más de dos años de trabajo entre la comunidad de socios del parque -propietarios de este lugar- y las ONG Ranita de Darwin y Fundación Tierra Austral.
Estas dos últimas organizaciones -dedicadas a la conservación del medio ambiente- actuarán como cotitulares de este acuerdo de DRC, es decir, serán las responsables de velar por el resguardo de los valores naturales y/o culturales de este lugar, en conjunto con la comunidad de socios. Mientras que Ranita de Darwin se encargará de conservar los anfibios del parque y su hábitat, Fundación Tierra Austral velará por la protección de sus bosques siempreverdes y estudiará los procesos de restauración ecológica.
“Este proyecto es muy significativo para nosotros en Fundación Tierra Austral, ya que implica el primer acuerdo que firmamos bajo la figura de cotitularidad con otra organización. Estamos orgullosos de esta alianza que refuerza la convicción de trabajar de forma colaborativa por la conservación de nuestros ecosistemas. Parque Valle Los Ulmos contará con nosotros para seguir avanzado con este proyecto, e implementar las acciones de conservación necesarias en torno a la protección de los atributos naturales del parque”, dijo Amanda Alonso, especialista de conservación de Fundación Tierra Austral, durante la actividad de celebración del aniversario del Parque.
La formalización de esta nueva área privada protegida implica también la creación voluntaria -y legalmente vinculante- del primer santuario de ranitas de Chile. Este hito es particularmente relevante, ya que en el Parque Valle Los Ulmos se albergarían cerca de 10 especies de anfibios nativos. Una de ellas es el sapo de pecho espinoso de Puyehue (Alsodes verrucosus), una especie en categoría de extinción de la que se tiene información muy limitada a la fecha. Su registro en el Parque, por lo tanto, permite a la comunidad científica y, a la ONG Ranita de Darwin, aprender más de ella para proponer acciones orientadas a su manejo y conservación.
De acuerdo con lo indicado en el programa de conservación de anfibios de la organización Ranita de Darwin, los santuarios de ranitas cuentan con el nivel más alto de protección que pueden alcanzar los acuerdos de conservación de anfibios en el país, y se trata de espacios en los que se mantienen las condiciones ambientales y se evita desarrollar actividades que puedan amenazar su hábitat. “Con este acuerdo de DRC se va a proteger efectivamente y a perpetuidad, en este caso, el hábitat de estos anfibios”, agrega Andrés Valenzuela, presidente de la ONG Ranita de Darwin.
Creado en 2014, Parque Valle Los Ulmos se rige por tres pilares fundamentales: conservación, comunidad y ciencia. Y es que, además de su relevancia en materia de fauna, los bosques siempreverde de este lugar forman parte de la Ecoregión Valdiviana, uno de los cinco tipos de pluviselva templada más importantes del mundo y la única en todo Sudamérica. Así, el Parque constituye un rico mosaico de sistemas naturales con condiciones climáticas, hidrológicas y de suelo particulares, dando así espacio a una gran variedad de especies de flora y fauna.
Adicionalmente, al estar emplazado en las faldas del Calbuco, el Parque Valle Los Ulmos es de gran interés para la comunidad científica: es un valioso espacio de estudio ya que la naturaleza ha mostrado su capacidad de recuperarse en suelo volcánico. Tras la última erupción del volcán Calbuco en 2015, más de 30 científicos nacionales e internacionales han llegado a realizar estudios en el Parque. Valle Los Ulmos busca posicionarse como un polo de investigación en Latinoamérica.
“Después de la erupción nos dimos cuenta de que aquí hay un ecosistema y un proceso de restauración natural que debía ser honrado, que era valioso, aún más en este contexto de cambio climático, donde precisamente la pregunta es: ¿cómo se restauran los ecosistemas? Este es un laboratorio natural que nos permite comprender cómo la naturaleza logra constituir un nuevo ecosistema después de un disturbio de esa magnitud”, destacó Pablo Saumann, representante de la comunidad de socios de Parque Valle Los Ulmos.
La comunidad de socios del Parque espera que la formalización de esta iniciativa beneficie también a la comunidad de Ensenada, una de las pocas comunidades del mundo que se encuentra entre dos volcanes activos: al oriente el volcán Osorno y al sur el Calbuco.