Entre los países aficionados al tenis en Latinoamérica, Chile siempre ha ocupado un lugar especial. Vale, no es Argentina: Guillermo Vilas, David Nalbandián, Juan Martín del Potro o Francisco Cerúndolo. Sin embargo, en los años 90, con la irrupción de Marcelo Ríos, cobró una especial importancia. ¿Puede un país con tanta afición albergar un torneo de prestigio dentro del circuito ATP? ¡Veámoslo!
Movistar Chilen Open: Un sueño que quiere ir a más
Con el Betano código no solo puedes apostar a este torneo chileno, sino a otros muchos de la gira sudamericana, como el ATP de Buenos Aires o el ATP Río de Janeiro. La gira del verano sudamericano se produce en un momento peculiar, ya que comparte calendario con torneos en dura. Además, se sitúa entre el Abierto de Australia y el Masters de Indian Wells.
Pese a todo, los especialistas en tierra siguen siendo protagonistas en el circuito, ya que es un estilo de juego que sigue trabajándose mucho en todos los países de herencia latina. Por ello, el ATP de Chile o Movistar Chile Open (por motivos de publicidad) no está en peligro. Disputado tanto en Santiago como en Viña del Mar, inició su andadura en el año 1976.
El trofeo está inspirado en la cordillera de los Andes y se caracteriza por tener una de las pistas de arcilla más lentas del circuito. De ahí que en él acostumbren a imponerse buenos jugadores de fondo sin necesidad de buen saque. Desde hace años, las instituciones y organizadores trabajan para que tenga licencia ATP 500. ¿Es esto realmente posible?
Categoría ATP 500: Aspirando a lo imposible
En octubre de 2023 se conocía la decisión final de la ATP respecto a las licencias de 2025. Desgraciadamente, el ATP de Chile seguirá siendo categoría 250. Tampoco sus vecinos argentinos verán un upgrade respecto a la categoría del torneo. Son muchos los intereses que se barajan aunque las ciudades que desarrollen el torneo cumplan con las exigencias.
Es por ello que, tal y como anunció L’Equipe, las licencias vayan a los torneos de Doha, Dallas y Múnich. Tal vez el que menos se entienda es el de Dallas, un torneo hasta ahora mal ubicado en el calendario (justo después del Abierto de Australia). De seguir en estas fechas, seguirá resultando tenísticamente menos atractivo que el ATP de Chile.
Lo que sí era esperado es la subida de categoría del torneo de Doha. El mundo árabe se muestra pujante ante el deporte, que es un modo de generar riqueza, pero también de blanquear sistemas políticos. Y es por eso que Arabia Saudí será la sede de la Copa del Mundo de 2034. Como decía el español Quevedo: “Poderoso caballero es Don Dinero”
Por tanto, es difícil, de momento, que un torneo sudamericano pueda aspirar a la categoría 500. Porque, además, en la propia región la competencia es absoluta. De hecho, el ATP de Chile se disputa en la misma semana que el ATP de Acapulco, torneo que año tras año atrae a jugadores como Nadal, Tsisipas, Kyrgios, De Miñaur o Zverev, entre otros.
Un buen momento para el tenis chileno
Lo cierto es que pese a los problemas del torneo para aumentar de categoría, el tenis chileno vive una buena época. Es verdad que Chile no cuenta actualmente con un Marcelo Ríos (recordemos que fue número 1) o con un Fernando González. Ambos, aunque nunca ganaron un Grand Slam, tuvieron exitosas carreras en las que ganaron infinidad de títulos.
Actualmente, los nombres del tenis chileno más destacados son Christian Garín y Nicolás Jarry. Ambos parecen haberse quedado en el camino, pues se esperaba mucho de ellos. Del primero se ha dicho de todo, pues es uno de los grandes talentos. Para muchos, tiene una técnica exquisita y es un potencial ganador de Grand Slam, pero le falla la cabeza.
De hecho, en los últimos años ha experimentado baches de juego muy pronunciados que incluso han llevado a que se retirara de un partido porque él mismo consideraba que no estaba dando el nivel. Aunque se adapta mejor a la tierra batida tipo Houston (rápida), ganó el ATP de Chile en 2021 contra Facundo Bagnis por un resultado de 6-4, 6-7 y 7-5.
En la otra cara de la moneda tenemos a Nicolás Jarry. Cuando empezaba a despuntar, tuvo que afrontar una sanción por dopaje de 11 meses. Sin embargo, en este 2023 ha vuelto por todo lo alto. Ha jugado su mejor tenis, ganando 2 torneos (Santiago de Chile y Ginebra). Por tanto, el tenis chileno goza de buena salud y debe seguir aspirando a tener un ATP 500.
