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Humberto Duvauchelle: “Sólo quiero que me quede un poquito más de vida para hacer un poquito más”

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Es un placer reunirse con Humberto Duvauchelle y sentir su energía y vitalidad que vibra al hablar de su vida. El encuentro se llevó acabo en el café Orlly, en Providencia, donde el destacado actor conversó y compartió anécdotas de su pasión más grande, que es hacer teatro.

El también director de teatro, actualmente se encuentra trabajando con su ex pareja de labores, Orietta Escámez, en la obra “A la sombra del Quijote” perteneciente a la Compañía de Los Cuatro. Misma compañía de los hermanos Duvauchelle.

“A la sombra del Quijote” es una síntesis libre basada en la obra magna “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha” de Cervantes, que desgrana con humor y encanto las peripecias del Quijote y su analfabeto y fiel escudero Sancho Panza.

El espectáculo pretende despertar el conocimiento e interés por el libro original, la personalidad el autor y su obra capital cuyo interés crece día a día.

La compañía “Los Cuatro” se creó a partir de Orietta, Humberto, Héctor y Hugo Duvauchelle quienes amaban el teatro. Hugo falleció un año antes que la compañía se formara y fue bautizada en su honor porque fue él quien guió a los otros tres a seguir con el proyecto que ya tiene 56 años de trayectoria.

No solo de teatro ha vivido Humberto. El actor se desempeña como profesor de oratoria en la Universidad de Chile. Además de desempeñarse como docente en las Universidades como la USACH y UPLA.

En conversación con La Nación el actor abordó sus proyectos, trayectoria y su mirada frente la época que vive actualmente el teatro chileno.

– ¿Cuál es el sello que tiene la compañía ‘Los Cuatro’? – Hay dos cosas que nos han distinguido del resto. Una es el elenco y otra es la calidad, el repertorio. Nosotros, hemos hecho todo desde la vanguardia hasta los clásicos. La compañía nunca dispuso de un apoyo estatal o privado. Nunca. Mantuvimos la actividad y trabajamos mucho la poesía, cuarenta años. Leyendo a Neruda, Mistral que nunca faltaron.

– Premiado muchas veces, ¿cuáles son los premios que recuerda con más cariño? – Yo creo que el premio más importante que he tenido en la vida ha sido ‘El Quijote’. Un premio que nos dieron en Concepción que todavía conservamos. Una estatuilla de bronce que tiene una cantidad de años y que la guardamos con mucho orgullo porque fue nuestro primer premio. El otro premio es Ollantay. Un premio que se da a las compañías extranjeras en Venezuela, un premio muy respetado y que todo el mundo lo quería.

– ¿Cuál es su opinión con respecto al teatro actual? – Desgraciadamente no tengo una muy buena opinión del teatro actual porque está muy minimizado. De repente, está muy vano y superficial, faltos de contenidos. Se está entreteniendo por entretener, sin contenidos. Sólo para divertir y pasar el rato.

– Sólo con 16 años se inició en el teatro… ¿Por qué? – Yo me deslumbré con un actor de la época exitosísimo. Un gran actor de comedia, Alejandro Flores, todo el mundo lo seguía. Él tenía muchos seguidores, una de ellas era mi madre. Mi madre lo seguía donde fuera. Yo lo vi a los dieciséis años en el viejo teatro de Concepción, en una obra que estaba prohibida para menores pero me acompañaba un primo mucho mayor que yo. Él logró meterme a la galería del gran concepción en medio de un ‘gentido’ enorme.

Entré y comencé a mirar el escenario, el techo, las pinturas, el palco, las cariátides. Y cuando comenzó el espectáculo, me fascinó. Yo no entendí mucho el espectáculo porque era para no menores, pero la parte moral me la eché al traste y no me importó. Lo que me deslumbró fue la atmósfera en general del teatro. El silencio del público cuando de repente se apagaban las luces lentamente, que había un silencio religioso en el público. Eso me fascinó.

“A la sombra del quijote” – ¿Cómo surgió la idea de esta obra sobre el personaje de Cervantes? – Un día se nos ocurrió hacer una adaptación de algunos momentos del ‘El quijote’, unos cuatro. Con una ilación pero como mucha gente teme leer el quijote. Porque le tiene miedo, porque no lo entiende su lenguaje difícil Por esa razón, decidimos acercar cuatro o cinco episodios del quijote al público para que se le quite ‘el miedo’. Hicimos una adaptación muy breve del quijote de una hora. Ahí mostramos algunas cosas que el público recuerda por ejemplo ‘El quijote en los molinos de viento’. Lo hicimos con imágenes filmadas y animación.

– El teatro se ha transformado en algo más comercial, ¿qué pasa con el teatro? – Yo creo que la televisión tiene mucha culpa de la frivolización del público. La televisión, a través de las teleseries, da soluciones rápidas para que el público se emocione fácilmente con melodramas. Con situaciones bien manieras donde el rating manda. El rating es el que manda a la televisión. Entonces, todo está estructurado en función del gusto del público. Porque el público manda y pasa que el arte nunca se ha regido por el factor público. El público no manda al arte. El arte es el que impone la belleza de llegar al público en toda su magnitud, pero no a través de su contenido, ni de situaciones que no son propias del arte.

– ¿Usted cree que la calidad radica en actual teatro comercial? – Yo creo que los contenidos casi no existen en teatro. A ver, yo admiro mucho a Tomás Vidiella, Jaime Vadell y Coco Legrand, pero si están haciendo ‘Viejos de mierda’ como obra, usted puede entender que es solamente diversión que de alguna manera, puede entretener. Y, naturalmente buenos actores entretienen al público, lo divierte y entretiene, lo hacen repensar un poquito sobre su problemática diaria. Tres viejos que dialogan sobre problemas domésticos, pero eso no queda, ya en la esquina olvidan la obra. El teatro no trata de cambiar y nunca ha pretendido cambiar el mundo, pero sí paulatinamente inquietar al público respecto a las cosas que estamos viviendo actualmente. Inquietarlo, preocuparlo, el teatro está para hacer repensar sobre el mundo de hoy. Tenemos tantos problemas en Chile, verdad. Lo que importa realmente es un teatro de selección, un gran teatro y chileno. Yo defiendo la calidad, el repertorio y el nivel de interpretación de las obras. Yo creo que al teatro chileno le hace falta una lucha imperiosa de traer directores europeos y extranjeros.

– ¿Qué opina del Teatro a Mil? – Yo creo que el Teatro a Mil no está restando una cosa muy importante. No garantiza a los elencos una seguridad económica, eso por un lado. Y creo, que hay mucho desmadre de gasto para traer elenco extranjero, carísimo. Es un gasto enorme.

– ¿Cuáles son sus proyectos a futuro? – Tengo uno muy lindo, ojalá me funcione. Yo quiero hacer ‘Las musas de Neruda’. Las mujeres que estuvieron en la vida de Neruda, que va estar basado en cinco grandes amores de Neruda. El era un gran amante y poeta”.

– ¿Cómo titularía la historia de su vida? – Hecho lo que yo he querido.

– Siempre en teatro hay finales felices y tristes ¿Qué prefiere? – ¡Feliz! Sólo quiero que me quede un poquito más de vida para hacer un poquito más.
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