“Tenemos la historia, la razón y el derecho de nuestra parte”, sentenció este miércoles el Presidente Sebastián Piñera al concluir los alegatos de Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, donde el equipo jurídico nacional desestimó la legalidad de la demanda de Bolivia que pretende forzar al país a negociar soberanía.
Junto con valorar y felicitar el trabajo realizado por los agentes y abogados chilenos y extranjeros que elaboraron el sustento de la exposición jurídica de Chile con “claridad y firmeza”, el Jefe de Estado reafirmó que “no permitiremos que Bolivia intente distorsionar la historia”.
“Esa guerra no fue provocada por Chile como permanentemente pretende hacer creer Bolivia, sino por la violación de Bolivia del tratado de límites que se había celebrado el año 1874”, subrayó el gobernante desde La Moneda donde siguió atento la audiencia en compañía de ministros, asesores y parlamentarios de todas las corrientes políticas como el Frente Amplio y el Partido Comunista.
“El tratado de 1904 fue válidamente celebrado, se encuentra plenamente vigente y debe ser estrictamente cumplido por los países que lo firmaron Chile y Bolivia, y en consecuencia, no existen temas limítrofes pendientes ante ambos Estados”, insistió, añadiendo que la CIJ “no está en juego ni el territorio, ni el mar, ni la integridad física, ni la soberanía de nuestro país”.
Recordó que eso fue ratificado en el fallo de septiembre de 2015 a propósito de la objeción preliminar, donde el tribunal estableció que bajo ningún en su falló, independiente de ser favorable o no a Chile se pronunciará sobre la obligación de ceder territorio.
“Chile ha realizado un riguroso y exhaustivo examen de los hechos y del derecho, demostrando con meridiana claridad que la demanda boliviana se basa sólo en argumentos aspiracionales, y a partir de ellos, intenta construir una supuesta obligación de negociación por parte de Chile que no existe ni tiene sustento jurídico alguno”, retrucó Piñera.
“Bolivia debe aprender a no confundir aspiraciones con derechos y mucho menos pretender que sus aspiraciones generen obligaciones para nuestro país. A lo largo de estos alegatos Bolivia no ha podido probar ninguno de los tres puntos que necesitaba probar en forma acumulativa para validar su pretensión. Bolivia no probó que Chile contrajo una obligación vinculante de negociar, no probó que Chile violó esa obligación y tampoco probó que esa supuesta obligación siga existiendo hoy día”.
https://lanacion.cl/2018/03/28/canciller-ampuero-bolivia-no-vino-a-buscar-una-solucion-sino-a-cumplir-su-obsesion/
Junto con valorar y felicitar el trabajo realizado por los agentes y abogados chilenos y extranjeros que elaboraron el sustento de la exposición jurídica de Chile con “claridad y firmeza”, el Jefe de Estado reafirmó que “no permitiremos que Bolivia intente distorsionar la historia”.
“Esa guerra no fue provocada por Chile como permanentemente pretende hacer creer Bolivia, sino por la violación de Bolivia del tratado de límites que se había celebrado el año 1874”, subrayó el gobernante desde La Moneda donde siguió atento la audiencia en compañía de ministros, asesores y parlamentarios de todas las corrientes políticas como el Frente Amplio y el Partido Comunista.
“El tratado de 1904 fue válidamente celebrado, se encuentra plenamente vigente y debe ser estrictamente cumplido por los países que lo firmaron Chile y Bolivia, y en consecuencia, no existen temas limítrofes pendientes ante ambos Estados”, insistió, añadiendo que la CIJ “no está en juego ni el territorio, ni el mar, ni la integridad física, ni la soberanía de nuestro país”.
Recordó que eso fue ratificado en el fallo de septiembre de 2015 a propósito de la objeción preliminar, donde el tribunal estableció que bajo ningún en su falló, independiente de ser favorable o no a Chile se pronunciará sobre la obligación de ceder territorio.
“Chile ha realizado un riguroso y exhaustivo examen de los hechos y del derecho, demostrando con meridiana claridad que la demanda boliviana se basa sólo en argumentos aspiracionales, y a partir de ellos, intenta construir una supuesta obligación de negociación por parte de Chile que no existe ni tiene sustento jurídico alguno”, retrucó Piñera.
“Bolivia debe aprender a no confundir aspiraciones con derechos y mucho menos pretender que sus aspiraciones generen obligaciones para nuestro país. A lo largo de estos alegatos Bolivia no ha podido probar ninguno de los tres puntos que necesitaba probar en forma acumulativa para validar su pretensión. Bolivia no probó que Chile contrajo una obligación vinculante de negociar, no probó que Chile violó esa obligación y tampoco probó que esa supuesta obligación siga existiendo hoy día”.
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