Todo el mundo estuvo pendiente de la Unión Soviética el 16 de junio de 1963 y especialmente de Valentina Tereshkova, quien buscaba la hazaña de convertirse en la primera mujer en ir al espacio.
La rusa de actuales 83 años tenía 26 en ese momento histórico y que la convirtió en una heroína nacional. Sin embargo, este hito no estuvo exento de complicaciones.
Tereshkova fue una de las cinco finalistas para pilotear sola la nave Vostok 6 y fue elegida gracias a sus cualidades sociables y por representar a una persona del pueblo: antes de ser cosmonauta fue una obrera de una fábrica textil.
El vuelo no fue nada fácil. A pesar de que se veía alegre y fuerte al momento del vuelo, Tereshkova sufrió de dolores en la pierna derecha y el hermético casco que utilizó le apretaba demasiado.
A eso se sumó que en pleno vuelo se registraron algunos problemas técnicos, por lo que la cosmonauta debió desenganchar parcialmente su sistema de arneses para solucionarlos.
Aquel día histórico, Tereshkova expresó un mensaje, que en realidad era un código secreto: “Soy la Gaviota. El estado es excelente ¿Me recibe?”. Si ella hubiese dicho “el estado es satisfactorio”, significaba un estado de emergencia que obligaba a aterrizar la nave inmediatamente.
El aterrizaje, que se produjo el 19 de junio, tampoco fue fácil. Esto porque tras cubrir una larga distancia en caída libre, el paracaídas se abrió tan sólo a unos 4 kilómetros de la Tierra, y Tereshkova debió desviarlo para evitar caer en un lago. Finalmente, su vuelo culminó con un moretón en la nariz, hecho que fue cuidadosamente ocultado por los fotógrafos en sus inmortales tomas de la cosmonauta.