Un día después de que se decretara un toque de queda en casi toda España, varias regiones anunciaron este lunes restricciones adicionales para intentar frenar los contagios de Covid-19 que crecen de manera “rápida”, según un experto del gobierno.
La última región en sumarse a la serie de anuncios fue el País Vasco, una autonomía de 2,2 millones de habitantes en el norte de España, que a partir del martes cerrará perimetralmente su territorio, según señaló en rueda de prensa su responsable en Salud, Gotzone Sagardui.
Además, los residentes del País Vasco tampoco podrán salir del municipio en el que vivan, salvo por motivos justificados, señaló Sagardui.
Durante la jornada otras dos jurisdicciones anunciaron cierres perimetrales, Aragón (noreste, 1,3 millones de habitantes) y Asturias (norte, 1 millón de habitantes), mientras que Navarra, también en el norte y con 600.000 habitantes, señaló que mantendría dicha medida que empezó a regir la semana pasada.
La posibilidad de que los gobiernos regionales, competentes en materia de salud pública, instauraran cierres perimetrales fue ofrecida por el gobierno español el domingo, cuando decretó un estado de alarma e impuso un toque de queda nocturno en todo el país a excepción de las islas Canarias.
El gobierno decidió estas medidas en medio de una escalada de los contagios en España, país que roza los 1.100.000 casos y acumula más de 35.000 decesos.
“La evolución (de los contagios) está siendo rápida”, admitió en rueda de prensa Fernando Simón, director del centro de emergencias del Ministerio de Sanidad.
“Ahora mismo vamos a enfrentar todos los países europeos muy probablemente una ola mayor de la que vivimos” en la primavera boreal, advirtió Simón.
Cataluña estudia confinamiento los fines de semana
Por el momento, el estado de alarma no contempla un confinamiento domiciliario como el implantado durante la primera ola del coronavirus y aplicado durante esta segunda ola en países como Israel, Irlanda o la región británica de Gales.
No obstante, Cataluña informó que estudia un confinamiento domiciliario durante los fines de semana en esta rica región nororiental de 7,5 millones de habitantes.
“Es un escenario que está encima de la mesa, porque durante el fin de semana es cuando hay más interacción social”, dijo la portavoz del gobierno regional, Meritxell Budó, al ser preguntada por esta opción en una entrevista con la radio pública catalana.
“Tenemos que evitar el confinamiento total del mes de marzo a no ser que sea estrictamente necesario y sea la única opción. Por tanto, tenemos que ir explorando distintos escenarios y uno de ellos puede ser este”, añadió.
El estado de alarma es un régimen jurídico excepcional, que ampara la limitación de derechos fundamentales como la libertad de movimientos. Tiene una duración inicial de 15 días pero el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, tiene intención de prorrogarlo seis meses.
Para ello debo obtener el aval del Congreso, donde su gobierno está en minoría pero puede recabar apoyos de nacionalistas vascos y catalanes y de Ciudadanos, una formación de centroderecha del bloque opositor.
El segundo gran partido español, el conservador Partido Popular, anunció este lunes su oposición a una prórroga tan larga, pero ofreció su respaldo si se extiende ocho semanas, hasta mediados de diciembre, indicó su líder Pablo Casado.