La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció este lunes la “detención arbitraria de decenas de líderes políticos, defensores de los Derechos Humanos y periodistas” tras el golpe de Estado en Birmania y alertó de posibles medidas “violentas” por parte las fuerzas de seguridad contra voces disidentes.
En un comunicado en el que expresó su “profunda preocupación” por la situación que atraviesa Birmania tras “la salida del Gobierno civil” del poder y la detención de altos cargos, Bachelet ha matizado que entre estos se encuentran, además, activistas.
Así, respaldó las palabras del secretario general de la ONU, António Guterres, y llamó a la cúpula militar del país a “respetar” los resultados de las elecciones celebradas el pasado mes de noviembre.
“Me alarman las informaciones que apuntan a que al menos 45 personas han sido detenidas, entre ellas diputados electos”, aseveró antes de pedir “la inmediata liberación de todos ellos”.
En este sentido, hizo hincapié en los indicios de que se tomaron medidas contra periodistas, que han “resultado atacados” y que se impusieron “restricciones sobre las redes sociales y la navegación en Internet”. “Esto restringiría el acceso a la información y vulneraría la libertad de expresión en un momento crítico y temible para el pueblo de Birmania”, dijo.
A su vez, alertó de que dada la “presencia” de militares en las calles de la capital, Nay Pyi Taw, así como en otras ciudades, existe un gran temor a que se tomen medidas “violentas” contra las voces críticas y los disidentes.
“Insto a los líderes militares que se adhieran al Derecho Internacional, que respeten el derecho de reunión pacífica y detengan cualquier tipo de uso excesivo de la fuerza”, manifestó. Asimismo, pidió a la comunidad internacional “solidaridad” con la población birmana para no retroceder en las “frágiles victorias democráticas y en materia de Derechos Humanas alcanzadas” en el pasado.