Chile es el país donde el rendimiento académico de los escolares es el más afectado por la violencia en el aula de toda Latinoamérica, así lo indica el estudio “Las violencias en el espacio escolar” publicado por Cepal y Unicef en 2017. La Superintendencia de Educación chilena además entregó cifras preocupantes: El segundo ciclo (5° a 8° Básico) concentra las tasas más altas de denuncias por maltrato entre estudiantes y el 35,8% de estos ataques se registra dentro del aula. Además, los datos publicados revelaron que en los maltratos físicos, el 58,4% de las denuncias analizadas el agredido fue un hombre, y en el 41,6% fue mujer.
Son recurrentes los casos de Bullying y lo efectos que estos tienen en una persona a lo largo de su vida. Sondeos realizados por el gobierno de Chile, revelan que la violencia es mayoritariamente psicológica, que este tipo de conductas violentas comienza a los 8 años y que su peak se produce cuando los escolares cursan primero medio, en que el 66% de las denuncias analizadas la agredida fue una mujer, y en el 32% fue hombre.
Alertan los datos entregados en la IV Encuesta Nacional de Violencia en el Ámbito Escolar que señalan que el 21% de los estudiantes reconoce ser víctima de violencia y casi el 11% de los escolares de séptimo a cuarto medio, es un agresor que antes fue víctima de Bullying. La pregunta es entonces ¿cómo mejorar la convivencia en los colegios para trabajar la empatía? ¿qué tipo de herramientas y metodología podrían utilizarse para que los escolares convivan en un entorno adecuado para educarse?
“Cuando un niño no puede ejercer todo lo que corresponde a su edad, principalmente en sus primeros siete años de vida: moverse, descubrir, percibir a los otros y a la naturaleza; es algo completamente negativo. Hoy en día la mayoría de los colegios no están permitiendo que los escolares tengas esos espacios. Se está llenando todo de cemento y juegos plásticos. Hacen que los pequeños de 4, 5 y 6 años, se mantengan sentados, algo que no es natural para su edad. La voluntad retenida es la que luego aparece en el menor como violencia, verborrea e incluso déficit atencional porque los niños tienen que sacar todo este ambiente de represión, por decirlo de alguna manera, y las consecuencias son muchas veces lamentables”, explica Anita Isla, educadora de párvulos de la U. de Chile y profesora Waldorf, quien será una de las expositoras en el III Congreso de Salud y Educación Infantil.
La experiencia internacional da cuenta de la importancia de incorporar la educación emocional en las aulas, para que los niños aprendan desde la primera infancia a regular sus emociones y relacionarse adecuadamente con sus compañeros y educadores, para eso es fundamental el autoconocimiento, que sepan reconocer, y comprender sus propias emociones y sentimientos, y los de otros. los profesores también requieren de un buen manejo en este ámbito para poder gestionar los grupos de alumnos y ayudarles a que ellos también puedan desarrollar a su vez estas habilidades.
“Ver a los niños como un adulto en miniatura es lo peor que le podemos estar haciendo a nuestros pequeños, no los alejemos de su naturaleza”, recalca Isla.
El III Congreso de salud y educación infantil, “otro camino es posible” que se desarrollará el próximo 1 de junio en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, reunirá a connotados expertos nacionales e internacionales del ámbito de la salud y educación, que entregarán su visión y propuestas en torno a cómo acompañar efectivamente a los escolares a lo largo de un proceso educativo que sea saludable o salutogénico, lo que posibilitaría un desarrollo armónico del ser humano en sus dimensiones físico-biológica, anímica y espiritual, con herramientas basadas en los postulados de la Antroposofía y la metodología Waldorf.
El congreso contará con expositores nacionales y extranjeros del área de la salud y de la educación. Está dirigidos a mamás,papás, educadoras, psicopedagogos, psicólogos, profesionales de la salud y todos quienes se interesen en conocer más sobre cómo llevar a cabo una educación mejor, centrándonos en el desarrollo del niño y lograr niños más felices y realizados.
Son recurrentes los casos de Bullying y lo efectos que estos tienen en una persona a lo largo de su vida. Sondeos realizados por el gobierno de Chile, revelan que la violencia es mayoritariamente psicológica, que este tipo de conductas violentas comienza a los 8 años y que su peak se produce cuando los escolares cursan primero medio, en que el 66% de las denuncias analizadas la agredida fue una mujer, y en el 32% fue hombre.
Alertan los datos entregados en la IV Encuesta Nacional de Violencia en el Ámbito Escolar que señalan que el 21% de los estudiantes reconoce ser víctima de violencia y casi el 11% de los escolares de séptimo a cuarto medio, es un agresor que antes fue víctima de Bullying. La pregunta es entonces ¿cómo mejorar la convivencia en los colegios para trabajar la empatía? ¿qué tipo de herramientas y metodología podrían utilizarse para que los escolares convivan en un entorno adecuado para educarse?
“Cuando un niño no puede ejercer todo lo que corresponde a su edad, principalmente en sus primeros siete años de vida: moverse, descubrir, percibir a los otros y a la naturaleza; es algo completamente negativo. Hoy en día la mayoría de los colegios no están permitiendo que los escolares tengas esos espacios. Se está llenando todo de cemento y juegos plásticos. Hacen que los pequeños de 4, 5 y 6 años, se mantengan sentados, algo que no es natural para su edad. La voluntad retenida es la que luego aparece en el menor como violencia, verborrea e incluso déficit atencional porque los niños tienen que sacar todo este ambiente de represión, por decirlo de alguna manera, y las consecuencias son muchas veces lamentables”, explica Anita Isla, educadora de párvulos de la U. de Chile y profesora Waldorf, quien será una de las expositoras en el III Congreso de Salud y Educación Infantil.
La experiencia internacional da cuenta de la importancia de incorporar la educación emocional en las aulas, para que los niños aprendan desde la primera infancia a regular sus emociones y relacionarse adecuadamente con sus compañeros y educadores, para eso es fundamental el autoconocimiento, que sepan reconocer, y comprender sus propias emociones y sentimientos, y los de otros. los profesores también requieren de un buen manejo en este ámbito para poder gestionar los grupos de alumnos y ayudarles a que ellos también puedan desarrollar a su vez estas habilidades.
“Ver a los niños como un adulto en miniatura es lo peor que le podemos estar haciendo a nuestros pequeños, no los alejemos de su naturaleza”, recalca Isla.
El III Congreso de salud y educación infantil, “otro camino es posible” que se desarrollará el próximo 1 de junio en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, reunirá a connotados expertos nacionales e internacionales del ámbito de la salud y educación, que entregarán su visión y propuestas en torno a cómo acompañar efectivamente a los escolares a lo largo de un proceso educativo que sea saludable o salutogénico, lo que posibilitaría un desarrollo armónico del ser humano en sus dimensiones físico-biológica, anímica y espiritual, con herramientas basadas en los postulados de la Antroposofía y la metodología Waldorf.
El congreso contará con expositores nacionales y extranjeros del área de la salud y de la educación. Está dirigidos a mamás,papás, educadoras, psicopedagogos, psicólogos, profesionales de la salud y todos quienes se interesen en conocer más sobre cómo llevar a cabo una educación mejor, centrándonos en el desarrollo del niño y lograr niños más felices y realizados.