Entre enero y junio, los daños materiales a nivel mundial ascendieron a unos 42.000 millones de dólares, en 370 grandes desastres naturales ocurridos en todo el mundo.
El balance es superior a los 33.000 millones de dólares de los primeros seis meses del año pasado, pero mucho menos que los 69.000 millones de promedio de pérdidas registrados en los últimos 30 años.
Europa, Alemania en particular, sufrió una sequía excepcional en junio, con previsiones de graves daños para las cosechas, detalla Munich Re en un comunicado.
Las fuertes tormentas de granizo posteriores han causado daños por más de 900 millones de euros en Europa, continúa el informe. Estos fenómenos también afectaron a Grecia e Italia a comienzos de julio, cuyos daños aún no han sido cuantificados.
“Está científicamente probado que las olas de calor, al igual que las tormentas de granizo, están aumentando a causa del cambio climático”, declaró Ernst Rauch, climatólogo de Munich Re, citado en el comunicado.
En Estados Unidos, la temporada de tornados ha sido “mucho más violenta de lo habitual”, con 1.200 casos contabilizados a fines de junio, o sea, un 20% más que el promedio en la última década.
En Oceanía, las inundaciones de febrero en Australia, concretamente en el estado de Queensland, causaron daños por un monto de aproximadamente 2.000 millones de dólares.
Las pérdidas humanas provocadas por estas catástrofes naturales ascendieron a 4.200 muertos, un centenar menos que entre enero y junio de 2018, y mucho menos que el promedio de los últimos 30 años (27.000 decesos).
La catástrofe más mortífera en lo que va de este año fue el ciclón tropical Idai, en marzo pasado, que provocó más de mil víctimas, sobre todo en Mozambique y Zimbabue.