En juicio abreviado, el Quinto Juzgado de Garantía de Santiago condenó a cuatro años de presidio, con el beneficio de libertad vigilada, a un sujeto que se desempeñaba como tatuador en su domicilio de Cerro Navia y que fue acusado de tres abusos sexuales a igual número de clientas.
Según la investigación encabezada por la fiscal Marcia Arancibia, de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, las víctimas sufrieron los abusos mientras el tatuador realizaba los diseños en la piel, aprovechando la incapacidad que tenían de moverse.
Las tres mujeres contactaron al sujeto por redes sociales y concurrieron a su domicilio con la intención de realizarse tatuajes. Sin embargo, el sujeto aprovechó la situación de indefensión de las víctimas para realizar actos de significación sexual en contra de la voluntad de estas.
Según los tres relatos, la agresión se produjo mientras estaban recostadas y el sujeto estaba apoyado sobre ellas, con la máquina tatuadora con aguja en una de sus manos, la que enterraba en la piel de las jóvenes, impidiendo su movilidad.
Tras conocer los antecedentes, el juez Carlos Gutiérrez acogió la solicitud de la fiscalía y condenó al imputado a cuatro años de presidio, más las accesorias por delitos sexuales y la incorporación de la huella genética del imputado. El cumplimiento se realizará con libertad vigilada intensiva.