“Conticinio” es definida por la RAE como aquella hora de la noche en que todo está en silencio. Proviene del latín “conticinium” y se utiliza para describir ese momento de quietud y calma nocturna.
Es precisamente “Conticinio” el nombre de la obra de teatro, magistralmente escrita por el periodista, escritor y dramaturgo, Marcelo Simonetti, que se estrenará el próximo viernes 1 de agosto, a las 22 horas, en la Sala Vilma Rúpolo, del Espacio Cultural Julio Le Parc, en Mendoza, Argentina.
Se trata de la primera coproducción chileno-argentina de la compañía “El Otro Puente”.
La dirección, a cargo de Miguel Ángel Acevedo, y la dramaturgia, de Simonetti, corresponden a la parte chilena.
Por el lado argentino, están las actuaciones de Celeste Rodríguez de Mesa y Raúl Ricardo Rojas, además del diseño y la realización escenotécnica, en manos de Rodolfo Carmona.
El montaje se centra en la relación de una pareja conformada por Ferrán (50) y Jimena (48), que decide acogerse al plan de eutanasia ofrecida por el Estado de cara al fin del mundo.
Durante las horas previas a la llegada del final ambos ajustan cuentas y repasan lo que ha sido su vida.
La obra trabaja desde un punto de vista existencialista preguntándose el sentido de la vida, incluso en una circunstancia tan particular como la que viven los personajes.
EL DERECHO A LA EUTANASIA Y LOS RIESGOS DE LA IA
Marcelo Simonetti (en la foto), en conversación con el diario La Nación, cuenta que “Conticinio” es una obra “que indaga en el sentido de nuestra existencia y, junto con ello, ilumina otros temas como el derecho a la eutanasia, los riesgos de la Inteligencia Artificial (IA) y la manera en que el ser humano se ha relacionado con el mundo en las últimas décadas llevándonos peligrosamente al borde de un colapso”.
Inicialmente el texto fue un cuento “y a pedido de Miguel Ángel Acevedo, director de teatro con el que llevamos años trabajando, adquirió otras formas, sumó diálogos, y se proyectó no para ser leído sino para ser llevado a escena”, sostiene el autor.
“La posibilidad de hacer una obra conjunta con profesionales argentinos es un viejo anhelo que busca, de algún modo, construir un tejido social que no sabe de fronteras y que nos permite construir un imaginario colectivo tan necesario en estos tiempos para generar una reflexión profunda de aquello que estamos viviendo, en donde la dinámicas del capitalismo nos conducen en una dirección absolutamente contraria, hacia el territorio de un individualismo feroz que atenta contra cualquier proyecto de comunidad”, remarca.
Simonetti añade que “con Miguel Ángel Acevedo hemos venido trabajando juntos desde hace un tiempo. Él como actor o director y yo como dramaturgo, al amparo de la compañía nacional ‘Silencio Colectivo’, con la que hemos montado, entre otras obras, ‘La leyenda de Peter Von Hales’, ‘Esperando a Papá’ y ‘Cana’”.
Miguel Ángel Acevedo acota que esta pieza teatral ha sido una “hermosa experiencia de compartir con trabajadores del arte talentosos y comprometidos en un país en donde las condiciones para los y las artistas son completamente distintas a las nuestras”.
“UN HERMOSO DESAFÍO”
Para los actores de la pieza teatral constituye un desafío y una gran experiencia trabajar en esta coproducción chileno-argentina.
Celeste Rodríguez de Mesa dice que si bien esta “no es la primera vez que trabajo a distancia una obra de teatro, dado que la pandemia nos obligó a inventar nuevos escenarios, sí es mi primera experiencia en hacerlo a nivel internacional, con una dirección bimodal y un autor chileno. Ha sido una experiencia enriquecedora, hemos aprendido nuevos códigos y reforzado conceptos con otros lenguajes. Es un hermoso desafío”.
La actriz agrega que “el texto me generó empatía desde el principio. Si bien el contexto donde está planteado no es algo cotidiano, los personajes y sus vínculos son cercanos y hasta quizás conocidos. Tuvimos la posibilidad de conocer al autor, dialogar con él, y se mostró interesado en nuestros puntos de vista, algo que demuestra gran humildad y generosidad de una persona tan respetada. En la dirección, si bien es a distancia, con algunas intervenciones presenciales, es tan presente y comprometida que marca un crecimiento constante en la puesta. Desde mi lugar, me siento muy agradecida y con el deseo de crecer en mi profesión con este trabajo y con este gran equipo; mi fortaleza es mi compañero de escena con quien compartimos este hermoso trabajo actoral”.
Raúl Ricardo Rojas señala que “siempre es hermoso compartir el arte con otras personas. Y en lo particular del teatro como hecho colectivo. Es mucho más interesante y enriquecedor poder compartir tiempo/teatro con personas/artistas de otros países, porque nos permite poder intercambiar ideas y pensamientos en pos de armar una obra, con todo lo que el proceso de creación de una obra requiere y necesita. Una experiencia de mucho aprendizaje”.
“En cuanto al montaje, texto, puesta en escena, es una nueva experiencia. Esta modalidad a distancia respecto de la dirección, no la tenía vivenciada, pero en el grupo de trabajo que hemos formado, siento que hemos sabido integrarnos muy bien. El trabajo con Marcelo ha sido muy recíproco y eso me ha generado mucha comodidad. Luego el proceso de montaje, dirección y puesta en escena es algo que va muy bien y estamos conectados desde los lugares que ocupamos en la compañía. Así que para finalizar solo puedo decir que estoy muy agradecido por este presente”, indica.
Rodolfo Carmona manifiesta que “este montaje para mí es una experiencia sumamente positiva desde muchos puntos de vista. Primero, porque cuando conocí a Miguel Ángel en Carahue (Chile), en el Festival del año pasado, quedé sumamente impactado con el trabajo de su obra, de su puesta en escena, del texto. Me pareció sumamente impactante y eso es lo que me entusiasmó desarrollar esta idea de poder crear una propuesta conjunta de ambos elencos: dirección y dramaturgia chilena, y la producción artística y la actuación desde Mendoza, Argentina”.
“Partiendo desde ahí, yo estoy muy satisfecho con lo hecho hasta el momento, es una hermosa experiencia de mucho aprendizaje. Miguel tiene una dinámica de trabajo que a mí me resulta muy gratificante. Él además es una persona sumamente creativa y, algo que valoro en el arte, se atreve a correr riesgos. Parece que cuando se corren riesgos siempre se logran cosas valiosas y movilizadoras. Y con respecto el texto, desde que lo leí me provocó una curiosidad enorme y me pareció un texto necesario, fundamentalmente por la pregunta que en algún momento se verbaliza: ‘¿valió la pena todo esto?’. Si la existencia vale la pena, es algo que me he preguntado durante mucho tiempo. Y yo creo que sí. Además todo lo que subyace en el texto referido a las relaciones humanas y ese tono existencialista me parece muy atractivo y conmovedor”.
Carmona admite que “creo que estamos haciendo una gran obra y con respecto a esta producción de ambos países, me parece que es sumamente necesario por lo que uno aprende, por las comunicaciones que se establecen, por el intercambio de conocimientos, de experiencias y de cultura”.
COORDENADAS
-Viernes 1 de agosto, a las 22 horas, en la Sala Vilma Rúpolo, del Espacio Cultural Julio Le Parc, en Mendoza, Argentina.
-Además de las presentaciones en Mendoza durante el mes de agosto, la obra tiene comprometida su participación en el Festival de Teatro que se realiza todo los años en el mes de septiembre en Carahue, Provincia de Cautín, Región de La Araucanía.
