Correr en una cancha, golpear la pelota o defenderla del contrincante, son prácticas habituales de jugadores de fútbol de fin de semana que conducen a dolencias que los llevan a ausentarse del trabajo el lunes.
Según Alfredo Dutilh, kinesiólogo y quiropráctico de Clínicas Raquis (www.raquischile.cl), entre las lesiones más frecuentes de los futbolistas amateur están desgarros musculares, dolores lumbares y esguinces de tobillo.
“Los futbolistas aficionados presentan más dolencias que los profesionales. Estos últimos entrenan su cuerpo para minimizar el impacto de las situaciones riesgosas”, explica.
Entre los jugadores que trabajan sentados frente a un escritorio, el principal problema es la debilidad y el acortamiento o rigidez de los músculos isquiotibiales (zona posterior del muslo), donde habitualmente se producen desgarros, es decir, roturas en las fibras musculares. Estas lesiones surgen normalmente al contraer bruscamente los músculos al correr o cambiar rápidamente de dirección dentro de la cancha.
Por otra parte, al golpear el balón, el jugador mueve hacia atrás y delante bruscamente su pierna obligando a los músculos delanteros y traseros de su muslo a alargarse y luego rápidamente contraerse, lo que puede derivar en un desgarro de estos músculos. “El dolor aparece de inmediato y saca al jugador inmediatamente del partido”, advierte Dutilh.
Más acumulativo es el dolor lumbar del futbolista. Al golpear el balón para hacer el gol, el jugador queda sostenido en una pierna, y para dar estabilidad a su cuerpo necesita activar la musculatura abdominal y de su espalda. “En una persona poco entrenada o que presente debilidad de estos músculos, este mecanismo puede generar un daño a los discos intervertebrales de la columna y producir dolor lumbar”, añade.
Entre futbolistas amateur también los esguinces de tobillo ocurren frecuentemente al torcer el pie corriendo en canchas de terreno irregular y cuando los músculos que rodean el tobillo son débiles para dar estabilidad al pie.
Dutilh explica que la quiropráctica ayuda a preparar el cuerpo para disminuir los factores de riesgo de lesiones y, en caso de ocurrencia, acelera su recuperación.
“A través de sesiones de quiropráctica, el futbolista profesional o amateur puede mejorar su desempeño, flexibilidad muscular, amplitud de movimiento articular, velocidad de respuesta de los músculos y rapidez de movimientos”, asegura.
Para prevenir el lumbago del futbolista, se ajustan las articulaciones de columna media y baja, y pelvis. Este ajuste, ayuda a mejorar la actividad muscular de los abdominales, por lo que mejora su capacidad para sostener el cuerpo erguido.
El ajuste de articulación de pelvis y cadera ayuda a mejorar la amplitud del movimiento a la pierna, relaja la musculatura del muslo y le da mayor flexibilidad para evitar desgarros.
Lo mismo ocurre al ajustar articulación en tobillo, que relaja y activa su musculatura para facilitar su estabilidad.
Según Alfredo Dutilh, kinesiólogo y quiropráctico de Clínicas Raquis (www.raquischile.cl), entre las lesiones más frecuentes de los futbolistas amateur están desgarros musculares, dolores lumbares y esguinces de tobillo.
“Los futbolistas aficionados presentan más dolencias que los profesionales. Estos últimos entrenan su cuerpo para minimizar el impacto de las situaciones riesgosas”, explica.
Entre los jugadores que trabajan sentados frente a un escritorio, el principal problema es la debilidad y el acortamiento o rigidez de los músculos isquiotibiales (zona posterior del muslo), donde habitualmente se producen desgarros, es decir, roturas en las fibras musculares. Estas lesiones surgen normalmente al contraer bruscamente los músculos al correr o cambiar rápidamente de dirección dentro de la cancha.
Por otra parte, al golpear el balón, el jugador mueve hacia atrás y delante bruscamente su pierna obligando a los músculos delanteros y traseros de su muslo a alargarse y luego rápidamente contraerse, lo que puede derivar en un desgarro de estos músculos. “El dolor aparece de inmediato y saca al jugador inmediatamente del partido”, advierte Dutilh.
Más acumulativo es el dolor lumbar del futbolista. Al golpear el balón para hacer el gol, el jugador queda sostenido en una pierna, y para dar estabilidad a su cuerpo necesita activar la musculatura abdominal y de su espalda. “En una persona poco entrenada o que presente debilidad de estos músculos, este mecanismo puede generar un daño a los discos intervertebrales de la columna y producir dolor lumbar”, añade.
Entre futbolistas amateur también los esguinces de tobillo ocurren frecuentemente al torcer el pie corriendo en canchas de terreno irregular y cuando los músculos que rodean el tobillo son débiles para dar estabilidad al pie.
Dutilh explica que la quiropráctica ayuda a preparar el cuerpo para disminuir los factores de riesgo de lesiones y, en caso de ocurrencia, acelera su recuperación.
“A través de sesiones de quiropráctica, el futbolista profesional o amateur puede mejorar su desempeño, flexibilidad muscular, amplitud de movimiento articular, velocidad de respuesta de los músculos y rapidez de movimientos”, asegura.
Para prevenir el lumbago del futbolista, se ajustan las articulaciones de columna media y baja, y pelvis. Este ajuste, ayuda a mejorar la actividad muscular de los abdominales, por lo que mejora su capacidad para sostener el cuerpo erguido.
El ajuste de articulación de pelvis y cadera ayuda a mejorar la amplitud del movimiento a la pierna, relaja la musculatura del muslo y le da mayor flexibilidad para evitar desgarros.
Lo mismo ocurre al ajustar articulación en tobillo, que relaja y activa su musculatura para facilitar su estabilidad.