Los afectados por el cierre de la empresa con estructura piramidal siguen choqueados. “Nunca he estado endeudado, nunca le he debido un peso a nadie, no puedo dormir, necesito enfriar mi cabeza”, confiesa una de las víctimas, que vio cómo en cuestión de minutos se esfumó su inversión. Acá, sus relatos.

Cristian Pizarro aún no pierde la esperanza de recuperar parte de los $30.000.000 que invirtió en AC Inversions, la empresa con estructura piramidal que este martes anunció su cierre afectando aproximadamente a 5.000 personas.

Pizarro recuerda que el negocio era rentable durante el año que él invirtió en la empresa, pese a que con las ganancias de 5% mensual no alcanzó a recuperar su inversión.

“Obviamente hay una merma emocional súper grande, imagínate los nervios de tener que cumplir con los bancos y otros compromisos económicos. Yo pago dividendo y un montón de cosas. Este es un golpe bajo que da impotencia, pena, rabia”, explica con desilusión.

Pizarro y otros afectados estuvieron este miércoles junto a los diputados Daniel Farcas y Gabriel Silber, en la sede del Congreso Nacional en Santiago. Mañana jueves, interpondrán una denuncia por estafa ante la Fiscalía Oriente, que ya avanza con las diligencias del caso. De hecho, esta jornada, tomó declaración a Patricio Santos, dueño de la empresa cerrada.

“AC Inversions daba garantías”

Marcelo Cancino, que invirtió $67.000.000 en AC Inversions, recuerda que “era un negocio muy atractivo, yo lo tomé porque daba garantías por todo lo que habíamos sabido antes y era una buena oportunidad para generar un capital en 5 años, que es más o menos lo que uno se demora en devolver un crédito de consumo”.

“Una ex compañera de trabajo me comentó de este negocio, que a su vez es colega de un cuñado de Patricio Santos, que se llama Carlos Ortega. Se conocieron en la ENAP, él le ofreció el negocio pero ella no se atrevió en un primer momento. Luego ella me comentó a mí, averiguamos, vimos que funcionaba bien y decidimos invertir“, cuenta en relación a cómo llegó a la empresa de Santos.

Además de la pérdida monetaria, para Cancino y el resto de los afectados ha sido un fuerte golpe personal: “Todavía estoy muy choqueado, pero ha sido muy difícil. No puedo dormir, ya que no sé cómo responder. Necesito enfriar mi cabeza para ver cómo puedo salir de esto que es un problema que tengo por primera vez”.

“Nunca he estado endeudado, nunca le he debido un peso a nadie, jamás había estado en Dicom, he tenido un comportamiento intachable desde ese punto de vista”, cuenta.