El gobierno alemán indicó este lunes que laboratorios de Francia y Suecia confirmaron el envenenamiento del opositor ruso Alexéi Navalni con una sustancia neurotóxica del tipo de Novichok.
Un laboratorio militar alemán concluyó el 3 de septiembre que el opositor ruso, de 44 años, fue envenenado con un potente agente neurotóxico, unas afirmaciones que Moscú niega.
El vocero de la canciller Angela Merkel, Steffen Seibert, señaló que Alemania pidió a Francia y Suecia “una revisión independiente de la evidencia alemana a partir de nuevas muestras de Navalni”, que se encuentra hospitalizado en Berlín.
“Los resultados de esta revisión en laboratorios especializados de Francia y Suecia están disponibles y confirman la evidencia alemana”, dijo Seibert.
“Por ahora, tres laboratorios han presentado de manera independiente la prueba de un agente neurotóxico del grupo Novichok es la causa del envenenamiento de Navalni”, reiteró el vocero.
El uso de Novichok “constituye una violación grave de la Convención sobre las Armas Químicas”, recordó.
Por ello, Berlín “solicitó a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OIAC) para el análisis de las pruebas en el caso Navalni”, añadió Seibert, quien precisó que la Convención sobre las Armas Químicas prevé “recibir asistencia técnica de la OIAC en todos los Estados firmantes”.
La OIAC “extrajo muestras de Navalni y tomó las medidas necesarias para hacerlas analizar en los laboratorios de referencia de la OIAC”, según el vocero alemán.
“Reiteramos el llamado a Rusia para que aporte explicaciones sobre lo que pasó”, insistió.
“Estamos en estrecha colaboración con nuestros socios europeos en lo que concierne a las próximas etapas”, concluyó.
Moscú ha pedido a Berlín que le entregue las informaciones relativas al estado de salud del opositor ruso, especialmente los análisis del laboratorio alemán que identificaron una sustancia del tipo de Novichok.
Según las autoridades rusas, los análisis realizados durante la hospitalización de urgencia de Navalni en Omsk, Siberia, no revelaron la existencia de ninguna sustancia tóxica en el organismo del activista.