Doce elefantes jóvenes que fueron encontrados muertos cerca de la reserva más grande de Zimbabue habrían sido víctimas de una infección bacteriana, señalaron este martes las autoridades de fauna salvaje.
Sus cadáveres fueron descubiertos hacia fines de la semana pasada en la selva de Pandamasuwe, entre el parque de Huange, cerca de la frontera con Botsuana, y la ciudad de Victoria Falls.
Los guardabosques en un principio temieron que estos jóvenes paquidermos, de entre 2 y 6 años, hubieran sido envenenados por cazadores furtivos. Pero sus colmillos estaban intactos y ningún otro animal, inclusive los buitres, los habían alcanzado.
“Tengo un informe que indica que se trata de una infección bacteriológica”, afirmó a la AFP el portavoz de la autoridad encargada de los parques nacionales, Tinashe Farawo.
Estos ejemplares eran demasiado pequeños para alcanzar las hojas en las copas de los árboles, y presumiblemente ingirieron estas bacterias al comer plantas venenosas en el suelo, explicó.
Zimbabue alberga a más de 84.000 elefantes, casi el doble de la capacidad de su carga ecológica estimada para entre 45.000 y 50.000 ejemplares.
Los elefantes “sufren tal hacinamiento y sobrepoblación que su vegetación predilecta ha desaparecido y terminan comiendo lo que sea, incluso plantas venenosas”, explicó Farawo.
En la reserva de Huange, donde habitan entre 45.000 y 53.000 elefantes en unos 14.600 km², muchos han muerto de hambre y sed en los últimos años.
En 2013, al menos 300 elefantes también sucumbieron por envenenamiento cerca de puntos con agua en la reserva.
En la vecina Botsuana, que cuenta con 130.000 elefantes en libertad, la población más grande del mundo, la misteriosa muerte este año de más de 300 paquidermos ha sido atribuida a toxinas naturales.