A tan solo 63 kilómetros al este de la base Arturo Prat en el Territorio Chileno Antártico se registró un nuevo sismo de magnitud 5,2 en la escala de Richter (5,4 según el boletín de sismicidad IRIS de Washington) a las 6:56 del martes 1 de septiembre. A pocos minutos de ocurrido el evento, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) descartó que existiera riesgo de tsunami para las costas de las islas Shetland del Sur.
Este nuevo movimiento telúrico se suma a los registrados durante el fin de semana recién pasado en las proximidades de la isla Rey Jorge, uno de los cuales alcanzó los 5,1 grados y su epicentro fue cerca del estrecho de Bransfield, a escasa profundidad, a unos 30 km de la base Profesor Julio Escudero.
Pese a que estos eventos no son ajenos a la Antártica, el gobernador marítimo de Bahía Fildes, comandante Alejandro Valenzuela, confirmó que desde el viernes pasado han sentido movimientos continuos y que en su mayoría se producen temprano por la mañana, lo que no deja de llamar la atención de quienes trabajan en el continente austral.
“Para nosotros no es extraño que existan temblores, lo que sí nos llama la atención es que los sismos sean recurrentes, a diario y que ocurran más o menos en los mismos horarios; prácticamente estamos levantándonos con los sismos más fuertes que han sido de 5,2 o 5,3, en estos últimos cuatro días”, relató.
Comentó que primero se escucha un ruido que dura de 20 a 30 segundos y que es acompañado por un movimiento de corta duración, pero claramente perceptible para ellos. “Es más ruido que otra cosa y termina con un movimiento final rápido, corto y un poco más fuerte”. Por último, afirmó que no han registrado daños materiales ni caídas a causa de estos sismos y que se han mantenido en contacto permanente con pares de otras bases.