Ese es el análisis que hace el académico de la Universidad Central y exembajador, Samuel Fernández, quien señaló a La Nación que la primera tarea del nuevo gobernante tras su juramento, que será presenciado por varios dignatarios, entre ellos el Presidente Sebastián Piñera, será demostrar a los ciudadanos que es distinto a sus antecesores, “considerando que siempre hay un espacio de diferencia entre la postulación y lo que puede hacer una vez en el poder”.
“En lo interno sus desafíos permanecen, vale decir, son muy altos en materia de seguridad, criminalidad, probidad, de terminar con una corrupción gigantesca y con una clase política muy desprestigiada que está con grandes figuras acusadas o en la cárcel”, subrayó.
Cabe recordar que la elección del polémico diputado del entonces Partido Progresista (PP) y que se afilió al Partido Social Liberal (PSL), fue propiciada por el escenario político, judicial y económico que enfrenta la potencia luego de los episodios de corrupción como la destitución de Dilma Rousseff, la detención de Luiz Inácio Lula da Silva, y el tambaleo de Michel Temer, quien deja el cargo con una baja popularidad pese a que ha enderezado la economía.
De ahí que su discurso marcado por la intolerancia en diversas opciones o situaciones de la sociedad brasileña, y que le valió una puñalada en pleno meeting de campaña en septiembre pasado, se torna esperanzador para todos los que buscan terminar con la impunidad de las acciones de las autoridades, y será puesto a prueba, sobre todo en materia de derechos y garantías.
“Una cosa es lo que él diga y otra es lo que él pueda hacer. Brasil es un país que tiene un sistema social, vive una realidad muy propia y no creo que Bolsonaro la desconozca. Por el contrario, va a tener que actuar en consecuencia, sin extremismos, para poder mantener la prioridad en los temas verdaderos en un estado muy abierto y muy heterogéneo”, recalcó el experto de la Universidad Central, en relación al pensamiento de este sobre derechos humanos, homosexualidad, machismo y racismo.
Sobre inmigración, Fernández enfatizó que habrá que ver su comportamiento y medidas en torno al importante éxodo de venezolanos a tierra brasileña.
En materia económica recalcó que “el desafío es enorme para reencausar a Brasil en lo que siempre ha sido: unas de las potencias latinoamericanas y de la región, y luego ver cómo se inserta en el resto del mundo”.
“Bolsonaro seguramente va a alejarse de las posturas que en su momento fueron muy representativas en Latinoamérica como era el caso en las épocas de Lula o Dilma. Entonces, va a marcar diferencias con ellos, dándole una menor importancia a alianzas como el Mercosur”, por ejemplo, ya que solo tiene programadas visitas a Paraguay y a Chile y no a naciones como Argentina.
“INCERTIDUMBRE MARCADA”
Respecto a cómo Jair Bolsonaro se parará frente a Estados Unidos, la doctora en Ciencia Política y académica de la Universidad de Santiago (Usach), Lucía Dammert, dijo a La Nación que su llegada al poder “es de una incertidumbre marcada, porque cuando asumió Donald Trump hubo muchos escépticos de lo que él había prometido se hiciera realidad”.“Eso llevado al caso brasileño hace dudar si lo que va a hacer es, justamente, doblar la apuesta y cuando llegue al gobierno rápidamente instalar aquellas cosas que ha propuesto que son bien preocupantes en términos regionales; puesto que su mirada será más al interior del país, con una relación con los países vecinos más bien distante o extraña, y además para adentro con un uso bastante marcado por la fuerza con la utilización de militares y policías para resolver los problemas de criminalidad, con un visión de la política bastante más militarista que son cosas que ha ofrecido”, planteó la experta.
Uno de los objetivos de Bolsonaro es la flexibilización del porte de armas y la caracterización de movimientos sociales como “terroristas”.
Respecto de factores como la migración, sostiene que “la decisión que tome Brasil sobre los cientos de inmigrantes venezolanos puede tener consecuencias, puede haber un efecto dominó respecto otros países que son más de corte de centro derecha o derecha, de una retórica que ya está en el límite del fascismo”.
“Si él no encuentra una barrera de protección para el estado de derecho, los derechos humanos, etc., esa visión puede crecer y generar consecuencias políticas y económicas sin duda”, apuntó la experta.
INTERROGANTES
Dammert añadió que al comenzar esta nueva administración, hay dos temas que merecen interrogantes. Una es la relación privilegiada o no que podría tener Brasil con Estados Unidos, que son las economías más importantes de todo el hemisferio, y lo que eso podría significar para el resto de la región. Lo segundo, es la mirada mucho más hacia adentro de Brasil y las implicancias que podría traer eso no solo para la economía del país sino para otros temas internacionales.Junto con ello, afirmó, va a ser recurrente la utilización de redes sociales y el abandono de los medios de comunicación tradicionales. “Vamos a ver más a Bolsonaro en su autovideo, en la selfie que en declaraciones internacionales. Tratará de establecer una relación más directa con los ciudadano en los dos temas que a lo brasileños les preocupan que son la seguridad y la economía”.
Requerida sobre ¿cuánto daño puede hacer un gobierno de estas características en América del Sur, considerando la relación con los socios del Mercosur?, la académica de la Usach remarcó que “muchísimos”.
“Cuando Brasil se resfría, al resto de América del Sur le da pulmonía y eso no ha cambiado, la situación económica brasileña nos impacta directamente; la relación de Brasil con los chinos puede ser una relación más tensa y eso también nos traería complejidades económicas”.https://lanacion.cl/2019/01/01/dos-mujeres-y-siete-militares-asumiran-como-ministros-de-bolsonaro/
https://lanacion.cl/2019/01/01/brasil-cronologia-de-un-mandato-convulso-que-derivo-en-el-triunfo-de-la-ultraderecha/
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